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¿A dónde va Alemania?

JEAN MEYER
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En una semana los alemanes van a unas elecciones federales anticipadas que ocurren con el ruido de fondo de la guerra en Ucrania. Durante 75 años los tres partidos tradicionales, CDU demócrata cristiano, SPD socialista y FDP liberal, alternaron el poder, con coaliciones variables, incluso con “Gran Coalición” como en tiempo de Angela Merkel, dejando a un lado el pequeño partido comunista y el NPD neonazi. Ahora les va mal a los tres, porque tres partidos extremistas les han quitado muchos electores, dos a la izquierda y uno a la derecha.

Curiosamente los tres nacieron en el territorio de la antigua Alemania del Este; los tres son “antisistema”, euro escépticos y antiamericanos. Por lo mismo no sorprende su “pacifismo” y su oposición de toda ayuda a Ucrania. En septiembre pasado, tuvieron buenos resultados en tres elecciones regionales y pueden mejorarlos ahora, cuando Alemania enfrenta una seria crisis económica e industrial. Explotan muy bien la preocupación de las familias y el miedo que la guerra en Ucrania desemboque en la tercera guerra mundial.

En la izquierda, el partido Die Linke, la Izquierda, se ha debilitado con la salida de su vicepresidente Sahra Wagenknecht que creó hace un año su propio partido BSW, Bündnis Sahra Wagenknecht al cual ha dado su nombre y que rige con mano de hierro. En política social es de izquierda, pero está a la derecha sobre la inmigración, las minorías y la política de género. Denuncia, como cualquier partido populista a “las elites” (como Trump) y es abiertamente rusófilo. En agosto pasado lanzó un mensaje “Son las doce de la noche menos uno” para decir que 66 por ciento de los alemanes quieren negociaciones de paz con Rusia: “Entonces ¿en nombre de quien gobierna el gobierno? No en nombre del pueblo”.

A la derecha, AfD, Alternative für Deutschland, tiene ya doce años. Se radicalizó hacía la extrema derecha y sobre el tema de la inmigración. Es también rusófilo. En las elecciones europeas de junio pasado, tuvo 16 por ciento de los votos, tomando el segundo lugar después de la Democracia cristiana (20 por ciento), adelante del partido socialista (14 por ciento). En las elecciones anticipadas del 23 de febrero podría sacar más votos aún, porque ha explotado a fondo los asesinatos cometidos recientemente por inmigrados. Dirigido por una mujer, como el BSW, dice que Rusia ha ganado la guerra y que “la realidad ha rebasado a los que querían que ganara Ucrania”. Varios de sus diputados están en contacto con los rusos y se habla de un posible financiamiento oculto ruso tanto de AfD como de BSW.

¿Cuáles son las perspectivas? El partido socialista carga con la impopularidad del canciller, pronto excanciller, Olaf Scholz que hizo campaña como el “canciller de la paz”. El candidato a la cancillería, el demócrata cristiano Friedrich Merz, está a favor de Ucrania, pero lo dice poco porque sabe que la mitad de los electores del Este pueden votar para los partidos pro-Putin. Si gana deberá formar una coalición. ¿Con los socialistas, como Angela Merkel? ¿Con los verdes y los liberales? podría ser insuficiente, si es que se logra. Entonces ¿con AfD, la Alternativa por Alemania? El partido hermano austriaco está negociando con la extrema derecha. ¿Lo hará la democracia cristiana alemana? Los sondeos le dan 30 por ciento de votos y 20 para AfD. Si los demócratas cristianos austriacos pactan con el diablo, la cancillería será para él. En Alemania el diablo, en este caso una mujer, no será canciller, pero estará en el gobierno. No estaríamos lejos de encontrarnos con la posibilidad de un nuevo Múnich, como en 1938, cuando las democracias, para apaciguar a Hitler, le entregaron a Checoslovaquia. Perdieron el honor y no se salvaron de la guerra. Una Alemania alineada sobre Austria, Hungría, Eslovaquia pactaría con Vladímir Putin en la esperanza de evitar la guerra. Deberían los alemanes escuchar a Boris Pistorius, ministro socialista de la Defensa, el político más popular del país: “Vamos hacia una guerra con Rusia. Putin lleva guerras híbridas y le apunta especialmente a Alemania”.

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