Vergüenza y silencio: Hombres no denuncian violencia ante el MP

De acuerdo con la cultura de crianza en México, se enseña al hombre que debe ser fuerte, y sufrir violencia por parte de una mujer pondría en duda su masculinidad. 

Reprobable debe ser la violencia en todos sus aspectos, debido a que genera una serie de patrones negativos entre quienes atraviesan por una situación de estas, de las cuales se hace mucho más notorio y se le da la gravedad debida cuando sucede de un hombre hacia una mujer. 

Sin embargo, en los últimos días se han presentado casos ante la Fiscalía General del Estado de hombres que fueron agredidos por mujeres, quienes se encuentran graves, ya que uno fue golpeado con un ladrillo y el otro con una navaja. 

Medidas. Los motivos que orillaron a las damas a realizar estas acciones se desconocen, pero ante todo debe ser la justicia quien sancione conforme a la ley antes de tomar medidas propias en caso de que hubiese sido por una conducta inadecuada.
En México, existe una cultura de formar hombres machistas. La psicóloga Mireya Ramírez, quien cuenta con una amplia experiencia en temas de atención familiar, especificó que este tipo de situaciones es un patrón poco común, ya que la cultura en México siempre ha sido formar hombres machistas. De tal manera que, cuando suceden este tipo de casos, se catalogan como "tóxicos" o "locos", pues no se espera que la mujer reaccione de esta manera. 

Importancia. Este comportamiento se aprende en el entorno familiar, que es un punto muy trascendente, ya que lo que se aprende en este entorno será la conducta en la que las personas se desenvuelvan en la vida. 
De ahí la importancia de forjar a los hijos bajo buenos hábitos y costumbres, para que al crecer sean hombres y mujeres de bien que se enseñen a respetar a los demás. Desafortunadamente, en la actualidad se carece de esto, ya que la educación se está dejando a los celulares y a las redes sociales, debido a que ambos padres deben trabajar para solventar los gastos, dada la complejidad creciente de la economía. Se tiene el registro de dos casos que han sido del dominio público, pero existen más. La especialista especificó que actualmente son dos los casos conocidos, pero muy seguramente existen muchos más que no son del dominio público por temor al qué dirán, al vivir en un país con una cultura machista en un entorno donde el comportamiento debe ser fuerte y rudo; de lo contrario, se cuestionaría la masculinidad.
Esta situación no debe existir en los tiempos actuales, con toda la información disponible. Por ello, se debe acudir a las instituciones públicas educativas para presentar desde los primeros años de vida una cultura muy distinta y que los niños crezcan con diferentes conceptos.

Víctimas. En las instituciones públicas se cuenta con atención psicológica a mujeres. Detalló que debe ser imparcial, aunque se prioriza hacia ellas no es para ponerlas en ventaja ni para darles un trato especial, sino para enfatizar la atención hacia una víctima históricamente agredida. Señaló que todo tipo de víctima tiene derecho a recibir atención de todo tipo, independientemente del sexo, ya que cuando se presentan este tipo de situaciones no se observa a personas con marchas exigiendo justicia ni con campañas en las redes sociales, siendo que al final de cuentas es violencia que no debe pasarse por alto.

La violencia es reprobable. No es muy común escuchar sobre la violencia ejercida en contra de los hombres en una pareja, pues históricamente, en torno a la figura masculina, se ha marcado un estereotipo caracterizado por la fuerza física y la insensibilidad, caso contrario al creado para la mujer. Sin embargo, un caso de maltrato al hombre es mucho más habitual de lo que pensamos. Cabe destacar que la violencia en una relación se entiende como cualquier agresión física, psicológica, mental y sexual con el fin de mantener el control sobre la otra persona. Comienza con cualquier comentario incómodo, luego con un jaloneo que al principio puede parecer un juego entre ambos, pero conforme pasa el tiempo la situación puede llegar a ser más grave. Entre los principales motivos por los cuales los hombres no denuncian ser víctimas de violencia doméstica se pueden destacar el sentirse avergonzado.

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