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SUCESOS...COMERCIO INFORMAL; UN MAL NECESARIO

SUCESOS...COMERCIO INFORMAL; UN MAL NECESARIO
JOSÉ MARIANO OROZCO TENORIO
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COMERCIO INFORMAL; UN MAL NECESARIO

Cuando hablamos del comercio informal nos referimos a todos aquellos trabajos que se realizan sin que se cumpla con la normatividad local, caracterizados por no acatar el pago de contribuciones, derechos o impuestos y que evaden también el pago por servicios obtenidos, como el agua, la luz y la recolección de basura. La mayor parte de este tipo de negocios no están registrados formalmente, aunque algunos pocos como misceláneas, talleres, cocinas económicas y puestos similares cumplen con la inscripción de ley, pero sin expedir recibos ni facturas y ocasionalmente cuentan con algún ayudante. Buena parte de la población se queja de que los puestos en las vías públicas del comercio informal obstruyen el paso peatonal e inclusive vehicular al colocarse algunos en plena calle, sin que -curiosamente- no haya autoridad que lo impida. Mediante el comercio informal se ofrece una amplia gama de productos y servicios a la población que, supuestamente, resultan más baratos que en tiendas debidamente establecidas.  Artículos como pilas, relojes, ropa, tenis, zapatos, venta de plantas, accesorios para el hogar, carteras, bolsas, cinturones, adornos personales, pantalones, vestidos, máscaras, libros, plumas, lápices, aparatos electrodomésticos, comida, gorras, sombreros, radios, celulares, e innumerables accesorios tanto para el hogar como para uso personal. Naturalmente, este tipo de productos no tiene garantía; algunos son usados y otros de procedencia asiática. La ventaja – en general- es que son más baratos que los que ofrecen en tiendas legalmente establecidas.  Como parte del comercio informal tenemos aquellas tareas (servicios) que se ofrecen sin estar debidamente regulados, como es el caso del personal de limpieza en hogares, albañiles, plomeros, empacadores en los super mercados, herreros, carpinteros, lavacarros, jardineros, limpiaparabrisas, choferes particulares, relojeros, pintores, comida rápida, meseros de pequeñas fondas, vigilantes y  vendedores ambulantes. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) estima que el ambulantaje y demás componentes del comercio informal representan en México hasta un 60% de la actividad económica en nuestro país. En cambio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), organismo autónomo del Gobierno mexicano, registra el 35%, y señala que Coahuila, Nuevo León y Baja California son los tres estados con menor índice. En realidad, es muy complejo y difícil calcular el tamaño del comercio informal por que obviamente no hay registro alguno, son estimaciones. Nadie sabe cuántos puestos callejeros hay en toda la región de Monclova, ni mucho menos la cantidad de gente que ofrece sus servicios, sin control alguno. ¿Cómo contabilizar a todo el personal que trabaja de manera independiente?  El dilema eterno para todos los alcaldes es la ubicación de los puestos ambulantes, Los comercios debidamente establecidos se quejan de que son una competencia desleal porque no pagan impuestos ni otras contribuciones ni prestaciones laborales y obstruyen el ingreso a sus negocios. Por su parte, la población en general, se queja de que los ambulantes generan gran cantidad de basura, son poco higiénicos, pueden ser el origen de puntos de venta de drogas y de ciertos conflictos sociales. ¿Qué motiva el comercio informal? Hay diversas causas, entre las que podemos nombrar: el exceso de trámites para registrarse legalmente, pago de altos impuestos y cargas fiscales, muchas prestaciones por pagar, altos niveles de desempleo, facilidades para ejercer las actividades y corrupción de funcionarios. Como era de esperarse, el comercio informal ha crecido enormemente ante la deplorable quiebra de Altos Hornos de México (AHMSA); aún no se sabe con precisión cuantos trabajadores se quedaron sin trabajo, se habla de 7000, otros de 10 000 o de 17 000. Muchos  de ellos, así como las esposas y familias completas se dedicaron a vender “lo que sea”, comida, ropa, accesorios usados, o bien a ofrecer sus servicios personales de limpieza o de algún servicio como electricidad, plomería, carpintería. Penosamente, algunos se fueron a Estados Unidos, otros a Monterrey, Saltillo u otras ciudades donde había trabajo. De esa manera, se vieron forzadas bastantes familias a separarse. La buena noticia es que según la Lic. Nazira Zogby, Secretaria de Trabajo del Estado de Coahuila, la entidad ocupa el primer lugar en contratos legales en materia de trabajo y en formalidad laboral (???), así como se registra un éxito notable de las ferias de empleo. No estamos seguros si esto sirve de consuelo para los extrabajadores de AHMSA que se quedaron sin obtener sus salarios y prestaciones.  Si nos damos una vuelta por las calles aledañas al centro de la Ciudad, así como de los alrededores de la región, nos encontraremos vendimia de todo tipo como elotes, yukis, nieve, paletas, tamales, empanadas, galletas, guisados, conitos, taquitos y venta de gran cantidad de artículos del hogar. Debemos entender que la gente tiene el derecho de buscar como generar ingresos. Más vale que no paguen impuestos en lugar de andar asaltando o vendiendo productos ilícitos. La Constitución y la Ley Federal del Trabajo establecen, claramente, que todos tenemos derecho a un trabajo digno y remunerado. Qué bien que Coahuila ocupa el primer lugar en trabajos con contratos legales pero no nos olvidemos en crear oportunidades para los que no tienen empleos. Seamos solidarios y tolerantes; los prestadores informales de servicios y los comercios respectivos no nos hacen daño. Tienen una razón de ser. La gente no está trabajando por voluntad propia en las calles a 43 grados centígrados o a cero grados y bajo la lluvia, soportando todo tipo de incomodidades y vejaciones; por el contrario, esa gente necesita nuestro apoyo. En todo caso, busquemos otros métodos para que se establezcan legalmente y puedan incorporarse a la vida productiva del país reubicándolos en diversos mercados conforme a los productos que ofertan; no nos vayamos por la solución fácil de combatirlos.
       

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