Hace algunos meses que esta frase de índole legal se puso de moda, así como también la contraria de que “… a mí no me vengan que la ley es la ley”. Ninguna de las frases son admisibles, aún y cuando hemos sido testigos de que se están aplicando al gusto de quien las invoca. Con la entrada y salida de las escuelas públicas y privadas se ha convertido en un caos circular por las vías terrestres donde se ubican algunos centros educativos. Hay casos en que hemos detectado que los padres de familia ocupan hasta tres carriles para esperar en sus vehículos a sus niños, y solo permiten circular por uno. Se tiene que circular invadiendo los carriles en sentido contrario con el riesgo de un percance automovilístico. En muchos casos se invaden entradas y salidas de casas o negocios, sin que haya autoridad que pueda impedirlo y establezca orden y, si llega a haber, solo se limitan a facilitar la circulación pero no a prohibir a los automovilistas el bloqueo que producen. Es sorprendente la falta de acciones para evitar también que la gente no se estacione en lugares donde hay señalamiento que claramente lo prohíbe. Hemos visto que enfrente de las patrullas o de agentes, la gente se estaciona y nadie les hace nada, es decir, no hay consecuencia alguna. Conocemos otras ciudades en donde ocurre lo contrario: la gente le tiene pavor a los agentes porque solo están esperando la mínima infracción para rápidamente amenazar o proceder a la imposición de una multa y hasta llevarse el vehículo al depósito, según el caso. No se puede comparar una ciudad con otra, cada una tiene sus costumbres, pero no deja de llamar la atención que en Monclova se van al extremo; no pasa nada. Claro, tiene sus ventajas, sobre todo en lo económico. La gente puede dar una vuelta prohibida o dejar su auto mal estacionado o ocupar un lugar para personas con discapacidad, todo enfrente de agentes de tránsito y no hay sanciones. Nos ha ocurrido tener que recibir visitas de personas que residen en otras ciudades y no a pocos les llama la atención que no hay agentes de tránsito. No estamos seguros si la gran cantidad de accidentes de autos que hay, sobre todo por personas que han excedido el consumo de alcohol está relacionado también por la falta de vigilancia que impera en la ciudad. Por lo que sabemos, se ha trabajado mucho con la seguridad ciudadana respecto al combate contra la delincuencia organizada; la labor ha sido excelente y reconocida inclusive en foros nacionales, pero no hay que descuidar el cumplimiento de la normatividad urbana que facilite una convivencia cotidianamente sana. Fácilmente se ha imputado la gran cantidad de accidentes de autos al desmedido consumo de bebidas embriagantes; es cierto que en Monclova se consumen mucho (según esto, por el calor), pero si hubiera mayor vigilancia y si se llegasen a aplicar las medidas preventivas necesarias se podrían evitar muchos heridos y hasta fallecimientos. Parece chiste, por las circunstancias que estamos viviendo a nivel nacional, pero no lo es. La Ley es para cumplirse. El descuido o la falta de acciones conduce -tarde o temprano- al caos vial. Todavía vivimos en un estado de derecho y debemos de cuidarlo. Es obligación de todos los ciudadanos atender satisfactoriamente las leyes y reglamentos positivos, es decir, aquellos que están vigentes y que han sido legalmente promulgados y decretados. Tanto a nivel nacional como local estamos en una etapa de transición de autoridades; quizás la impunidad que estamos atravesando (o quizás gozando?) se deba a que a nadie le interesa que se cumpla la legislación; por un lado las autoridades están más entretenidas en las entregas de obras que se habían prometido y, por el otro lado, las autoridades entrantes en preparar el programa de trabajo. Y si vamos un poco más allá, a nivel federal, tenemos un muy debilitado poder judicial que lucha por su sobrevivencia, en donde se está quedando al margen la impartición de justicia, que ha sido la esencia de su existir. Retomando el problema del bloqueo de las vías de circulación normales en la ciudad, por los padres de familia que van por sus hijos, lo entendemos y es muy razonable, pero están incurriendo en una infracción desde el momento en que están afectando el derecho que tenemos los demás para circular libremente. Hay una lenidad de las autoridades que no se justifica ni se debe permitir. Debe haber presencia de agentes para evitar que utilicen dos o tres carriles de circulación. Últimamente se han denunciado varios “Anexos” clandestinos que operaban sin registro ni control y fuera del marco legal. Ahora ya se sabe de actos de agresión física y mental en que incurrían algunos encargados de tales establecimientos. Dichos “Anexos” son aquellos centros donde resguardan y ofrecen tratamientos para personas adictas a diversas drogas. Asimismo, aunque ya el verano ha terminado, se han clausurado “quintas” que operan en los alrededores en las que han ocurrido fallecimientos de menores por la falta de vigilancia en sus operaciones. Son otros dos ejemplos en donde la Ley no ha fallado; los reglamentos existen, pero penosamente no se aplican. Diariamente vemos automovilistas circular por la ciudad sin placas o bien con permisos vencidos. Nadie los detiene. Seguramente hay un reglamento de tránsito, al igual que en todas las ciudades, pero no hay personal que lo aplique. Estamos seguros que el ayuntamiento podría recabar muchos más ingresos si interpusiera las multas correspondientes. Pero, para bien de Monclova, no se trata de actos de corrupción, sino simplemente de falta de control. En fin, hay muchos ejemplos que se pueden citar, en donde lo que predomina es la omisión de la aplicación de la ley.
Es cierto que la ley es la ley….. pero solo cuando conviene.
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