Después de su conocido papel como Gloria Delgado en la aclamada sitcom Modern Family, Sofía Vergara da un giro radical.
La serie dirigida por Andrés Baiz narra la historia de una de las criminales más buscadas en Estados Unidos, un personaje desconocido para la actriz colombiana que la cautivó no solo por su impacto en el narcotráfico sino también por las adversidades que enfrentó como mujer.
Sin embargo, la apariencia de Griselda Blanco distaba mucho de la de Sofia Vergara, lo que llevó a la actriz a someterse a una transformación impresionante. Además de aprender a fumar y simular el consumo de cocaína, desafíos actorales que no fueron sencillos para ella, la colombiana compartió en una entrevista para La Nación que cada día, antes de rodar, pasaba más de tres horas en maquillaje, modificando la forma de su nariz, cejas e incluso ensuciando sus dientes. Los prostéticos se convirtieron en aliados esenciales para que Vergara pudiera personificar a la llamada reina de la cocaína.
En sus propias palabras, la actriz expresó: "Yo quería no parecerme para nada a mí, no parecerme a Gloria Pritchett, mi personaje por 12 años que la gente adoraba y reconocía". Su temor era que la audiencia relacionara su interpretación con su personaje anterior. Para evitar esto, trabajó de cerca con el equipo de maquillaje y peluquería, utilizando prostéticos para alterar sus rasgos faciales. Pero la transformación no se limitó al aspecto físico; también adaptó su manera de moverse, modificando su postura y vistiendo ropa interior que ajustaba y cambiaba ligeramente las curvas de su cuerpo.
A pesar de las demandas presentadas por Michael Corleone, hijo de Griselda Blanco, la miniserie ha tenido un exitoso estreno en Netflix, destacando la increíble transformación de Vergara en el papel protagónico. La serie de 6 episodios, que también cuenta con la participación de Alberto Guerra, Vanessa Ferlito y Karol G, se posiciona como un completo éxito en la plataforma.
