El Papa Francisco llamó a una tregua pascual para poner fin a la guerra, enfatizando que no se trata de un período de rearme, sino de búsqueda de paz.
En el marco de las celebraciones por la Semana Santa entre católicos y cristianos, es el momento conveniente para una reflexión, sobre todo en tiempos en los que el pecado se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en las guerras.
En este Viernes Santo de crucifixión, se debería apreciar el verdadero valor del sacrificio de Cristo y de Dios Padre, que entregó a su hijo único para salvar a la humanidad.
Líderes cristianos piden paz. En su homilía, el Papa Francisco exigió una tregua pascual que ponga fin a la guerra, pero no para que se rearmen, sino para lograr la paz. Una tregua donde no haya vencedores ni vencidos, ni más víctimas. “Dejemos a un lado las guerras y pensemos que la Cuaresma es tu tiempo con Dios; se tiene que aprovechar en estos momentos para pensar en el progreso y desarrollo espiritual –personal- y colectivo de la familia, nuestro país, el mundo.” El mundo como lo conocemos se encuentra al borde de una Guerra Mundial, a la que no podemos cerrar los ojos y pensar que no está sucediendo.
Propósito. Cristo Dios no quiere que ninguna alma se pierda en este hipotético tramo final de la humanidad. Solo en la guerra de Ucrania en este 2024, más de 14.6 millones de personas -que representa el abrumador porcentaje de 40 por ciento del total de la población- siguen requiriendo algún tipo de asistencia. Y 2.2 millones de refugiados han emigrado a 11 países amigos, de acuerdo a datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). “El nivel de destrucción es altísimo y la pérdida de vidas y el sufrimiento continúan”, dijo la Directora General de la OIM, Amy Pope.
Cristo crucificado. El Obispo Alonso Gerardo Garza Treviño de la Diócesis de Piedras Negras, suplica a todas las comunidades que valoren el amor de Dios y su sacrificio, para que todos creamos en él y no perezca, sino tenga una vida eterna. “No bastó que nos concediera la creación a los seres humanos con todas sus maravillas. ¿Acaso no fue suficiente que otorgara a cada persona sus dones y virtudes? Y qué mejor aún, que diera a su hijo para la salvación nuestra”.
Sociedad más justa. Monseñor José Guadalupe Valdez, considerado como protector de los migrantes, pidió a todos los seres humanos suplicar a Dios para que exista paz en cada persona, en cada familia, en cada ciudad y en cada país. “Por desgracia se han inventado armas tan destructoras que solo basta apretar un botón para que sobrevenga una crisis mundial que rompa la paz”. Por ello, y desde el interior de cada corazón en el mundo, urgió a orar, a reflexionar sobre la crucifixión, muerte y resurrección de Dios y pedirle nuevamente su salvación. “Hagámoslo todos juntos, oremos para que se dé una sociedad más justa y humana en estos tiempos de violencia”.
¿Cuál sería la reflexión en Semana Santa? Se tiene que recordar el amor incondicional de Dios y su sacrificio por la humanidad. La Semana Santa es el tiempo para encontrarse con uno mismo, con los demás y con Dios. Es un tiempo de profunda meditación y crecimiento espiritual para todos. La Semana Santa invita a la oración a acompañar a Jesús en estos momentos, sabiendo que, con su infinito amor y misericordia, tomó bajo sí nuestro lugar.
Y muriendo en la cruz nos liberó del pecado. En Dios hay esperanza para el mundo. Con él a nuestro lado, se volverá a ganar la guerra contra el mal. Con Jesús, la esperanza renace y el poder de cambiar al mundo en su etapa final se vuelve cada día más fuerte.
Ten fe y cree en él, porque solo de esa manera podremos luchar contra las fuerzas del mal.
