Reos hackean 'Whats' haciéndose pasar por repartidores
Amazon ha logrado apoderarse durante meses de miles de cuentas personales de WhatsApp en México.
Una red de criminales que opera desde la cárcel ha logrado apoderarse durante meses de miles de cuentas personales de WhatsApp en México a través de una engañosa estrategia de llamadas telefónicas en las que simulan ser repartidores de paquetería de Amazon.
Y con sólo esta mentira se les facilita obtener los códigos de acceso a WhatsApp con los que pueden mudar la cuenta, con todos sus contactos, de los celulares de sus víctimas a otros celulares en sus manos.
Ingresos. La estafa ha permitido a los delincuentes obtener ingresos posiblemente multimillonarios durante meses y meses sin que haya una intervención de autoridades, incluso con posible complacencia.
Tampoco ha habido suficientes medidas de WhatsApp ni Amazon para proteger a sus clientes y suscriptores. El mecanismo es el siguiente: Las víctimas de la estafa reciben una llamada telefónica en la que el delincuente asegura ser un repartidor de Amazon y requiere un número de verificación para completar la entrega de un supuesto paquete.
Sin embargo, en sus manos tiene un teléfono celular desde donde intenta apoderarse de la cuenta de WhatsApp de su víctima.
En su proceso de alta de cuenta en nuevos dispositivos, WhatsApp envía al legítimo propietario un código de acceso a su cuenta, con la advertencia de no compartirlo con nadie.
Pero la advertencia viene en letras pequeñas y el código de seis dígitos viene con guarismos grandes muy visibles.
El delincuente da de alta la cuenta de la víctima en su celular y WhatsApp le solicita este código de seguridad que llega al celular de la víctima.
Entonces, en la llamada telefónica el estafador informa que envió un código de verificación para entregar el paquete. Así, con la llamada en espera en su teléfono, las víctimas realmente creen que se trata de un código de confirmación de Amazon y lo dictan a su estafador. Al digitar en el nuevo celular los seis números que les han dictado sus víctimas, los delincuentes se apoderan de la cuenta y sus contactos y el legítimo propietario pierde el control total de la comunicación desde su WhatsApp.
Acto seguido, los estafadores envían mensajes a los contactos de sus víctimas en los que argumentan numerosas razones para pedir dinero a su nombre, usualmente transferencias bancarias con los que logran obtener diariamente, cada delincuente, entre mil y seis mil pesos diarios.
Esta cifra se conoció a partir de la revelación de un delincuente entrevistado por MAS. Las denuncias presentadas por los diputados han puesto de manifiesto una situación que, según las fuentes judiciales consultadas, se ha convertido en un verdadero desafío para las autoridades. Se ha identificado que el incremento en el robo es en la Paila.
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