Su fiesta se celebra cada 29 de diciembre, día de su martirio, como recordatorio de su valentía y devoción.
Vida
Santo Tomás Becket nació en Londres en 1118 en el seno de una familia normanda acomodada. Estudió en París y posteriormente se destacó como un brillante administrador y clérigo. En 1155, fue nombrado canciller del rey Enrique II de Inglaterra, con quien mantuvo una estrecha relación de confianza y amistad. Sin embargo, todo cambió cuando en 1162 fue designado arzobispo de Canterbury, ya que asumió su cargo con un renovado compromiso espiritual y comenzó a defender con firmeza los derechos de la Iglesia frente a las pretensiones del monarca.
El conflicto entre Becket y Enrique II se intensificó cuando el rey intentó imponer leyes que subordinaban la Iglesia al poder real, conocidas como las Constituciones de Clarendon. Tomás se opuso con valentía, lo que lo llevó al exilio en Francia durante seis años. Regresó a Inglaterra en 1170 tras alcanzar un aparente acuerdo con el rey, pero su firmeza en la defensa de los principios eclesiásticos lo convirtió en objetivo de sus enemigos.
El 29 de diciembre de 1170, Tomás Becket fue asesinado en la catedral de Canterbury por caballeros leales al rey, convirtiéndose en mártir.
Obra
La obra de Santo Tomás Becket radica en su defensa inquebrantable de la autonomía de la Iglesia frente al poder político. Su vida es un ejemplo de fidelidad a los principios cristianos, incluso a costa de su vida. Tras su muerte, se convirtió en símbolo de la lucha por la justicia y la libertad religiosa.
Canonización y legado
Fue canonizado en 1173, solo tres años después de su martirio, por el papa Alejandro III. Su santuario en la catedral de Canterbury se convirtió en un importante lugar de peregrinación durante la Edad Media, inmortalizado en la obra "Los cuentos de Canterbury" de Geoffrey Chaucer.
Patronazgo
Santo Tomás Becket es el patrono de:
- Los clérigos y obispos.
- La justicia y los derechos religiosos.
- Los abogados canónicos.
Su fiesta se celebra cada 29 de diciembre, día de su martirio, como recordatorio de su valentía y devoción.