Discriminación en el mercado inmobiliario de Saltillo
La llegada de personas de estos países ha generado conflictos significativos en el contexto inmobiliario del sureste de Coahuila.
Propietarios de viviendas en Saltillo están optando por evitar alquilar o vender propiedades a personas procedentes de China, India y Corea, debido a frecuentes quejas sobre malos olores y falta de hábitos de limpieza.
Según dos agentes inmobiliarios consultados, la llegada de personas de estos países ha generado conflictos significativos en el contexto inmobiliario del sureste de Coahuila. En áreas como San Alberto o Jardines de Versalles, se ha reportado una campaña para excluir a los asiáticos que ya residen allí. Al poner a la venta casas o terrenos, se especifica desde el inicio que no se permitirá la renta a personas de origen asiático.
Las quejas más comunes están relacionadas con los malos olores en las viviendas ocupadas por personas provenientes de la India, así como con la falta de higiene en la comida y la limpieza por parte de los residentes de Corea y China, además de incidentes de comportamiento considerados groseros.
Una de las fuentes mencionó que si bien existen áreas donde no hay restricciones para rentar a personas asiáticas, en las zonas de mayor poder adquisitivo existe una marcada aversión hacia ellos.
Además, otra fuente en el sector inmobiliario explicó que los propietarios han tenido malas experiencias alquilando a individuos de estos países y, por lo tanto, han decidido no hacerlo más. Aunque algunos no han tenido experiencias directas negativas, prefieren evitar el riesgo basándose en historias que han escuchado.
El rechazo no se limita únicamente a la nacionalidad, sino que también se extiende a hombres solteros que buscan alquilar viviendas para grandes grupos, como ocho, diez o incluso 15 personas. Este tipo de arrendatarios, generalmente empleados como operarios o supervisores en empresas locales, tienden a causar un mayor desgaste en las propiedades debido al uso intensivo y a comportamientos culturales que pueden agravar la situación, como el consumo elevado de tabaco y el uso de especias intensas al cocinar, junto con hábitos de limpieza deficientes.
Estos factores pueden resultar en costos de renovación y reparación que superan con creces el valor del depósito de seguridad, convirtiéndose en una carga financiera que los propietarios prefieren evitar, especialmente dado que los contratos de arrendamiento suelen tener una duración de un año.
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