Los vecinos piden a las autoridades que brinden más vigilancia.
Mientras los residentes del sector Oriente continúan lidiando con estos actos de vandalismo, la incertidumbre y el miedo se han convertido en parte de su vida diaria.
El sector Oriente de Monclova, especialmente en el Fraccionamientos San Miguel y la colonia Progreso, se ha convertido en el epicentro de un problema creciente que afecta a la comunidad: pandillas de menores de edad que, montados en motocicletas, aterrorizan a los vecinos con sus fechorías.
Los quejosos señalaron que estos jóvenes no solo causan destrozos a propiedades privadas, sino que exhiben su comportamiento en redes sociales, acompañando sus publicaciones con corridos tumbados, como si sus acciones fueran motivo de orgullo.
El surgimiento del vandalismo. Los vecinos del sector Oriente describen cómo estos menores, organizados en pandillas, se trasladan en motocicletas por las calles del vecindario, desafiando cualquier autoridad. "Ellos llegan a nuestros sectores, se detienen en las esquinas y empiezan a lanzarse piedras y cualquier cosa que encuentran a su paso. En muchas ocasiones, terminan causando daños a las casas y a los autos que están estacionados en la calle", relata Fernando Armendáriz, vecino del Fraccionamiento San Miguel, quien ha sido testigo de estos actos de vandalismo.
El miedo se ha apoderado de los habitantes de la zona. No solo temen por los daños materiales, sino también por la seguridad de sus familias. "Estos jóvenes no miden las consecuencias de sus acciones. Van a gran velocidad en sus motocicletas, sin importarles quién esté en su camino. Podrían provocar un accidente grave en cualquier momento", añade Armendáriz, quien recuerda con nostalgia los días en que la Policía Municipal patrullaba regularmente la zona.
La ausencia de la Policía. Según los vecinos, la situación ha empeorado desde que los patrullajes policiacos han disminuido drásticamente. "Antes, era común ver a la policía dando rondines por aquí, pero ahora es como si se hubieran olvidado de nosotros. Estos menores hacen lo que quieren, sin ninguna repercusión", comenta Fernando, quien no es el único que ha notado la falta de presencia policial.
Claudia Alviso, otra vecina afectada, narra cómo su auto sufrió daños considerables a causa de estas pandillas. "Un día, mientras los menores estaban peleando entre ellos, comenzaron a lanzar piedras y varias de ellas impactaron en mi coche. El parabrisas se rompió, y me costó 4,800 pesos cambiarlo", explica con indignación. Claudia asegura que llamó a la policía en varias ocasiones, pero nunca recibió respuesta.
A pesar de las constantes denuncias por parte de los vecinos, la respuesta de las autoridades ha sido insatisfactoria. Al ser consultados sobre la situación, los mandos policiacos se limitaron a decir que revisarían si había reportes en su base de datos sobre estos menores y que investigarían por qué la patrulla del sector no acudió al llamado de los ciudadanos. Sin embargo, hasta el momento, no se ha visto ninguna mejora en la seguridad de la zona.
Mientras los residentes del sector Oriente continúan lidiando con estos actos de vandalismo, la incertidumbre y el miedo se han convertido en parte de su vida diaria. Los vecinos exigen que las autoridades tomen medidas inmediatas para frenar a estas pandillas y restaurar la tranquilidad que alguna vez caracterizó a sus sectores."Solo queremos vivir en paz, que nuestros hijos puedan salir a jugar sin miedo, que nuestros autos y casas estén seguros. No es mucho pedir, pero parece que las autoridades no nos están escuchando", concluye Claudia, reflejando el sentimiento de muchos en el sector Oriente de Monclova.
La situación sigue siendo crítica, y la comunidad espera con ansias una respuesta efectiva que ponga fin a este flagelo que ha alterado su calidad de vida.
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