El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo el lunes que la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París planeada en el río Sena podría trasladarse al Estadio de Francia si la amenaza de seguridad se considera demasiado alta.
Francia está bajo un alto nivel de alerta antes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, que se espera reúnan a millones de visitantes al país.
Las preocupaciones de seguridad son especialmente altas para la excepcional ceremonia de inauguración, en la que varios barcos llevarán a los deportistas por el Sena para un recorrido de 6 kilómetros (3,7 millas), ante la mirada de grandes multitudes de espectadores en las orillas.
En declaraciones a los medios franceses BFM-TV y RMC, Macron dijo que habrá un despliegue excepcional de las fuerzas de seguridad galas para el evento al aire libre.
“Pero si creemos que hay riesgos, dependiendo de nuestro análisis del contexto, tenemos planes de respaldo”, dijo Macron. “Hay planes B y planes C”.
El evento del 26 de julio sería la primera ceremonia olímpica de apertura celebrada fuera de un estadio. Unos 10.500 deportistas recorrerían el corazón de la capital francesa en embarcaciones por el Sena, en una ruta hasta el Trocadero.
Para limitar los riesgos de seguridad, Macron dijo que los organizadores podrían abreviar el itinerario por el Sena e incluso “repatriar la ceremonia al Estadio de Francia” para un evento inaugural más convencional.
Los organizadores habían planeado en un principio una grandiosa ceremonia de apertura para hasta 600.000 personas, la mayoría de las cuales lo vería gratis desde las riberas. Pero cuestiones logísticas y de seguridad han hecho que el gobierno haya ido rebajando esas aspiraciones. El número total de espectadores en vivo se redujo este año a unos 300.000.
El gobierno francés también decidió que los turistas no tendrían acceso gratuito para ver la ceremonia de apertura por motivos de seguridad. El acceso gratuito será sólo por invitación.
Macron insistió en que por ahora los planes de la ceremonia se mantienen.
“Es una pionera global. Podemos hacerlo y lo haremos”, dijo el presidente.
Francia ha sufrido reiterados ataques letales del grupo Estado Islámico, como la masacre de 2015 en el teatro Bataclan, donde los extremistas abrieron fuego contra los asistentes a un concierto y retuvieron rehenes durante horas. Las tropas francesas también han combatido contra extremistas islámicos en Oriente Medio y África.
El gobierno francés incrementó su alerta de seguridad el mes pasado al nivel más alto tras el atentado mortal a una sala de conciertos en Rusia, que fue reivindicado por EI.
Macron dijo que se instalarían perímetros de seguridad “días, incluso semanas” antes de la ceremonia de apertura. Añadió que el tráfico rodado en la zona de alta seguridad quedaría paralizado y que las autoridades francesas emplearían “sistemas de drones, programación, ciberseguridad” en sus labores de prevención.
Respondiendo a una espectadora que expresó sus reparos a que su hijo asistiera a la ceremonia de inauguración, Macron dijo que “si hay un lugar donde su hijo estará seguro, es allí”.
“Siempre hay riesgos en la vida”, dijo. “Y por desgracia lo vemos a diario. Pero nos hemos otorgado los medios de hacerlo”.