En una esquina tenemos a los New York Mets, el fallido equipo más caro de Grandes Ligas con récord negativo que se encuentra a 13.5 juegos del primer lugar de su división. En el otro lado, están los Mets, uno de los mejores equipos del béisbol en junio, que solamente están a un juego de distancia de la zona de playoffs de la Liga Nacional.
"Ser o no ser, esa es la cuestión", que escribió William Shakespeare al inicio de la primera escena del tercer acto de su legendaria tragedia "Hamlet", es una frase que resume el estado de indecisión humana cuando somos forzados a escoger entre los sueños y la realidad.
Y esa es, muy probablemente, la situación que enfrentarán los Mets-- y otros equipos-- por los próximos 40 días, mientras la temporada de las Grandes Ligas se acerca a la fecha límite para intercambiar jugadores, que este año expira el martes 30 de julio a las 6 pm ET.
Entrando a su serie de fin de semana contra los Chicago Cubs, la pandilla que dirige el debutante manager venezolano Carlos Mendoza tiene marca de 35-38 y se encuentra en el penúltimo puesto en la División Este, detrás de los Philadelphia Phillies (49-25), Atlanta Braves (41-31) y Washington Nationals (36-38).
En su sector, los Mets, cuya nómina de $308,5 millones de dólares era la más cara de la industria en el día inaugural, solamente juegan mejor que los Miami Marlins (25-29), que funcionan con el tercer presupuesto más bajo ($103 millones) de la MLB.
Sorpresivamente, impulsados por el gran momento que atraviesan, los Mets están empatados con los Cubs (35-38), a un juego de los San Diego Padres (39-40) y Arizona Diamondbacks (37-38) en la batalla por el tercer comodín del viejo circuito para la postemporada de octubre.
Mejor aún, Nueva York lidera la Liga Nacional con marca de 11-5 en junio y ambas ligas mayores (MLB) con 13-5 desde el 30 de mayo. En las primeras dos semanas del tercer mes de la temporada, los "Amazings" batean .283 y encabezan su liga en Slugging (.477) y carreras por juego (6.1).
Su racha de siete triunfos entre el 12 y el 18 de junio es la más larga para la franquicia desde otra similar entre el 24 de julio y el 1 de agosto del 2022. El cuerpo de lanzadores de los Mets tiene efectividad de 3.67, con 90 ponches en 98.0 innings en sus últimos 11 juegos.
Pero en los próximos días, los Mets, que terminaron en cuarto lugar y fuera de postemporada en el 2023, cuando establecieron el récord de todos los tiempos con una nómina de $355 millones y pagaron más de $100 millones en impuesto al lujo, tendrán que decidir "ser o no ser" entre compradores y vendedores en el mercado de refuerzos de julio.
La decisión más agobiante que enfrentan los directivos de Nueva York es la suerte del inicialista Pete Alonso, quien será agente libre al final de la temporada. Alonso, quien lidera MLB con 208 cuadrangulares y promedia 45 jonrones y 116 carreras empujadas por cada 162 juegos desde su debut en 2019, no ha discutido extender su contrato recientemente.
El tres veces Todos Estrellas lidera a los Mets este año con 16 jonrones y 43 carreras producidas.
Si para el 31 de julio el equipo está cerca de un puesto comodín, Alonso podría quedarse en Queens por el resto de la temporada. De lo contrario, cambiarlo sería la opción más inteligente.
El año pasado, cuando estaban resignados a perderse los playoffs y ansiosos por sumar talentos de ligas menores, los Mets redujeron su nómina, cambiando a los futuros miembros del Salón de la Fama Max Scherzer y Justin Verlander, a los relevistas David Robertson y Dominic Leone y los jardineros Tommy Pham y Mark Canha en la fecha límite de transacciones.
Cuando fue presentado por su nuevo equipo, los Texas Rangers, Scherzer reveló que los Mets le informaron que no planeaban competir en 2024, sino más adelante, y que la temporada actual iba a ser de transición a los verdaderos objetivos.
Ser o no ser, esa es la gran cuestión que los Mets tendrán que definir en las próximas semanas.