La mañana del jueves 8 de agosto se dio a conocer el fallecimiento de Silvia Rojo, una mujer feliz, apasionada por el arte, la música, la moda y los viajes, como ella misma se describía. La filántropa pertenecía a una de las familias con más renombre en el ámbito político, siendo hija de Silvia García de Alba y de Jorge Rojo Lugo, quien falleció en 2010.
Silvia Rojo, nacida en diciembre de 1972, fue una incansable defensora de la ayuda a los demás y siempre estuvo comprometida con construir un mejor futuro para México. Su espíritu positivo y su dedicación dejaron una huella imborrable en sus familiares y amigos.
Desde su infancia, Silvia Alejandra Rojo García de Alba, la menor de cinco hermanos, aprendió de sus padres la importancia de ayudar a los demás. Esta lección la llevó a involucrarse desde muy joven con la Cruz Roja y más tarde a crear sus propias iniciativas filantrópicas. Hasta el momento de su fallecimiento, Silvia se desempeñaba como vicepresidenta de la Fundación Duerme Tranquilo, A.C., una organización que, desde 2014, brinda apoyo con tratamientos médicos y servicios en neurología, oncología, perinatología, psiquiatría y otras áreas del Hospital Juárez de México.
Para hacer realidad este proyecto, Silvia Rojo trabajó en conjunto con los patronatos del Instituto Nacional de Pediatría, el Instituto Nacional de Neurología y Neurociencias y el Hospital Juárez de México.
La familia de Silvia Rojo
Silvia Rojo era la hija menor del matrimonio entre el abogado Jorge Rojo Lugo y la filántropa Silvia García de Alba. Sus hermanos Isabel, José Antonio, Jorge, y Javier (quien falleció en 2010) también forman parte de su legado. Isabel, la mayor, está casada con Daniel Goñi y tienen tres hijos: Jorge, Alejandro, y Daniela, quienes les han dado siete nietos. Jorge es padre de Isabella; Alejandro, de Alejandra, Valentina y Emilia; y Daniela es madre de Jorge, Rafaela y Jerónimo.
El resto de su familia sigue el camino de la política, con sus hermanos Jorge y José Antonio militando en el PRI. Silvia Rojo también era madre de dos hijos, Héctor y Rodrigo, quienes fueron su mayor orgullo.