Los Jets con otra señal de seria disfuncionalidad

Los Jets han sido una franquicia disfuncional en el último cuarto de siglo, y el momento del despido de su entrenador Robert Saleh, no tuvo sentido alguno

En líneas generales, a excepción de un par de temporadas con Rex Ryan como entrenador en jefe, los New York Jets han sido un equipo consistentemente malo en el último cuarto de siglo.

Fue en el año 2000 que Woody Johnson compró a la franquicia de los Jets, y no mucho ha salido bien desde entonces.

Tal es así, que desde que asumió ese cargo, los Jets tienen el vigésimo sexto mejor récord de la NFL, y tenemos que volver atrás 21 años para recordar la última vez que los Jets fueron locales en un partido de playoffs.

Más allá de la acumulación de frustraciones, el timing del despido de Robert Saleh no deja de ser curioso, incluso para alguien como Johnson; es la primera vez que despide a un entrenador en jefe en plena temporada en su mandato.

Piensen ustedes, que tenemos que ir hasta 1961 para encontrar al último entrenador despedido con récord superior a .400 en plena campaña; Lou Saban fue despedido por los entonces Boston Patriots cuando tenían un récord de 2-3.

Entonces, ¿por qué ahora?

Creo que hay varias razones para explicarlo, más allá de que a mi juicio el timing es completamente inadecuado, y expresa una desesperación que nunca es buena para una franquicia. En primera instancia, no fue Woody, sino su hermano Christopher Johnson quien contrató a Robert Saleh, dado que en aquel entonces Woody estaba sirviendo como embajador de Estados Unidos en Londres.

Precisamente en el partido en Londres, donde Woody Johnson tiene un sinfín de conexiones y tiene un status de cuasi celebridad, sus Jets volvieron a dejar una mala imagen, y perdieron ante unos Minnesota Vikings liderados por Sam Darnold, que fue el mariscal al cual le dio la espalda Saleh en su arribo a New York.