En la semana que se cumplen 10 años desde la primera visita de Peter Lim a Mestalla, el Valencia se encuentra nuevamente en la última posición de la tabla, una situación que ha repetido en cinco de las diez jornadas del torneo, lo que indica que no es un simple accidente.
Las Palmas, en su debut con Diego Martínez, logró una victoria con goles de Álex Muñoz, Fabio Silva y Moleiro, y respira un poco tras haber acumulado solo 6 puntos de 30 posibles, incluyendo una derrota en casa ante un equipo que llevaba 23 partidos sin ganar.
Diego Martínez había expresado su deseo de tener un equipo que comprendiera que hay múltiples dinámicas dentro de un partido, y eso se reflejó en el encuentro en Mestalla. A pesar de un inicio fuerte del Valencia, que hizo que sus aficionados se sintieran animados, el equipo terminó abroncado por su público. La fidelidad de estos espectadores, que llenaron el estadio un lunes por la noche, contrasta con la frustración que sienten por la situación del club, que parece estar en declive y dejando atrás a una generación de jugadores prometedores.
El impacto de Diego Martínez se hizo evidente en Campaña, quien asumió un papel clave en el equipo. Aunque el Valencia empezó dominando, Las Palmas se adaptó y comenzó a controlar el juego, culminando en el gol de Muñoz justo antes del descanso. Tras el descanso, el partido se tornó más equilibrado, pero Campaña asistió a Fabio Silva para aumentar la ventaja. A pesar de la reaparición de Gayà, el Valencia no logró revertir la situación, y el partido finalizó con más goles y tensión, incluyendo una expulsión y momentos caóticos en el descuento, evidenciando el descontento de los aficionados.