La plantilla del Barcelona, que ha vivido sus semanas más difíciles de la temporada durante un mes de enero dramático que desembocó en el anuncio de Xavi de abandonar el banquillo al concluir la temporada, decidió este lunes celebrar un almuerzo entre los jugadores, al que no acudió ni el staff técnico ni otros ayudantes.
La comida, que se llevó a cabo en el domicilio de Robert Lewandowski fue organizada por los capitanes al acabar el entrenamiento con el objetivo de cerrar filas y animarse conjuntamente tras los últimos acontecimientos, que deportivamente han provocado la pérdida de dos títulos (Supercopa de España y Copa del Rey) además de dejar sus opciones en la Liga prácticamente sentenciadas después de la dura derrota del sábado contra el Villarreal.
El adiós del entrenador sorprendió a los futbolistas, que conocieron la decisión la noche del mismo sábado a través de los medios de comunicación, y afectó a varios de ellos, que el domingo intentaron, sin suerte, hacer cambiar de opinión a Xavi, lo que provocó que algunos veteranos del vestuario, con los capitanes entre ellos, improvisaran un encuentro en el que alentaron la celebración de una comida para conjurarse y sacar adelante este difícil momento.
El Barcelona se enfrentará el miércoles al Osasuna en Montjuïc tras haber enlazado dos derrotas especialmente duras frente a Athletic y Villarreal y los jugadores pretenden que este encuentro sea un punto de inflexión, atendiendo por encima de todo a la eliminatoria de Champions que les cruzará con el Napoli en febrero.
