En la reciente misa dominical en la iglesia de Santiago Apóstol, el padre ofreció un poderoso mensaje a los fieles. En su sermón, subrayó que la Eucaristía es una acción de gracias, exhortando a los asistentes a darle gracias a Jesús.
El presbítero enfatizó la importancia de la gratitud y la humildad en la vida cristiana, señalando que "la iglesia es un hospital de pecadores, no un museo de santos".
Con esta metáfora, animó a los feligreses a buscar la redención y el perdón, en lugar de aspirar a una perfección inalcanzable.
Además, el sacerdote resaltó el poder transformador de la palabra de Dios. "Escuchar la palabra de Dios debe llevarnos a una transformación en el sueño de Dios, no a salir frustrados", afirmó, recordando a la congregación que la verdadera fe implica un cambio profundo y positivo en el individuo. Finalmente, hizo un llamado a la unidad entre los cristianos, instándolos a evitar ser signo de división. "Siempre debemos buscar la unidad", concluyó, recordando a los presentes que la fortaleza de la comunidad radica en la cohesión y el amor fraternal.
Este mensaje resonó fuertemente entre los fieles de la iglesia de Santiago Apóstol, quienes salieron inspirados y motivados para seguir viviendo una vida de agradecimiento, transformación y unidad.
