Fue la llamada que la familia de un joven alpinista británico, desaparecido en el Everest hace 100 años, nunca esperó recibir.
El mes pasado, un grupo de alpinistas que filmaba un documental para National Geographic encontró una bota preservada que apareció a medida que el hielo de un glaciar se derretía.
Se cree que esta bota perteneció a Andrew Comyn "Sandy" Irvine, quien desapareció en junio de 1924 mientras intentaba escalar el Everest junto a su compañero George Mallory.
Este hallazgo podría ayudar a resolver uno de los más grandes misterios del montañismo: si ambos lograron llegar a la cima del Everest, 29 años antes de que Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzaran la cumbre.
El conocido aventurero Jimmy Chin, que lideró el equipo de National Geographic, calificó el descubrimiento como un "momento monumental y conmovedor".
Para Julie Summers, sobrina nieta de Irvine, fue simplemente "extraordinario". "Me quedé helada... Todos habíamos perdido la esperanza de encontrar algún rastro de él", declaró a la BBC.
A lo largo de los años, muchas personas han buscado el cuerpo de Irvine, en parte porque se cree que el joven de 22 años llevaba consigo una cámara con película sin revelar, posiblemente conteniendo una foto de ellos en la cima.
¿Podría el hallazgo de la bota ser el primer paso para encontrar su cuerpo y la cámara?
La familia proporcionó una muestra de ADN para confirmar la identidad de Irvine, pero el equipo de filmación está bastante convencido de que la bota le pertenece, ya que la media hallada dentro de ella tiene bordadas las iniciales "A.C. Irvine".
"Quiero decir, amigo, hay una etiqueta allí", dijo Chin, conocido por el documental ganador del Oscar Free Solo, que realizó junto a su esposa.
Un equipo dirigido por Jimmy Chin encontró una media con el nombre "A.C. Irvine" junto a una bota en el glaciar central de Rongbuk, en la cara norte del monte Everest.
El equipo descubrió estos objetos mientras descendían del glaciar Rongbuk central en septiembre. Durante su camino, también encontraron una botella de oxígeno fechada en 1933, perteneciente a una expedición al Everest de ese año que había recuperado un objeto de Irvine.
Motivados por esta posible señal de que el cuerpo de Irvine podría estar cerca, el equipo buscó en el glaciar durante varios días, hasta que uno de ellos avistó la bota emergiendo del hielo derretido.
Fue un hallazgo fortuito: estimaron que el hielo se había derretido solo una semana antes de su descubrimiento.
Desde entonces, la bota ha sido retirada de la montaña por preocupaciones de que los cuervos pudieran acecharla, y se entregó a las autoridades chinas que regulan la cara norte del Everest.
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