Los vendedores insisten en que es necesario reforzar la seguridad y la vigilancia.
Los comerciantes con cada robo hormiga, ven esfumarse los frutos de su trabajo.
En plena temporada de venta de útiles escolares, los comerciantes ambulantes y de la fayuca de la Zona Centro enfrentan un enemigo silencioso, pero devastador: el robo hormiga, ejecutado por farderas que se mezclan entre los clientes para robar productos, poniendo en jaque las ganancias de quienes dependen de estas ventas para subsistir.
Juan Carlos Alarcón, un comerciante que invirtió en la compra de útiles escolares para revender sobre la calle Hidalgo, relata con frustración cómo descubrió que sus ganancias no cuadraban al hacer la contabilidad de su negocio. "Cuando revisé las cuentas y comparé las ventas con el producto que me quedaba, me di cuenta de que había sido víctima de robo. La situación es desesperante", comenta Alarcón, visiblemente afectado.
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El modus operandi de las farderas, que en pequeñas cantidades se llevan mercancía sin ser detectadas, está causando estragos entre los comerciantes, quienes cada vez se ven más impotentes ante este tipo de delitos. "Sabemos que las leyes actuales no llevan a la cárcel a este tipo de ladrones, pero eso no significa que debamos quedarnos de brazos cruzados", enfatiza Alarcón.
El afectado hace un llamado urgente a las autoridades locales para que implementen operativos más rigurosos y estrategias preventivas durante estas temporadas, cuando la afluencia de compradores y la cantidad de mercancía en las calles aumentan considerablemente. "Es frustrante ver cómo, mientras uno se esfuerza por ganar un poco más en estas épocas, las únicas que realmente se benefician son las farderas. Algo se tiene que hacer, y rápido", declaró.
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Alarcón no es el único afectado. Otros comerciantes de la Zona Centro han reportado pérdidas similares, lo que ha generado un clima de preocupación e incertidumbre. El temor de que los robos sigan aumentando durante las próximas temporadas altas como el mes patrio, la noche de brujas y navideña se cierne sobre ellos, sumando más presión a una situación ya de por sí complicada.
Los vendedores insisten en que es necesario reforzar la seguridad y la vigilancia en las áreas comerciales, no solo para proteger sus ingresos, sino también para evitar que este tipo de delitos queden impunes, perpetuando un círculo vicioso de pérdidas y desprotección. "No queremos que esto se convierta en algo normal, en parte del día a día. Necesitamos acción, y la necesitamos ahora", concluyó Alarcón.
La situación en la Zona Centro es un llamado de atención a las autoridades sobre la vulnerabilidad de los comerciantes ambulantes, quienes, con cada robo hormiga, ven esfumarse los frutos de su trabajo.
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