En 2024, el carisma de Keanu Reeves es incuestionable, pero a lo largo de su carrera, este querido actor, conocido por sus papeles en Speed, Matrix, y más recientemente, John Wick, también ha enfrentado fracasos y críticas severas en sus más de 30 años en la industria. Aunque hoy es considerado una estrella indiscutible del cine de acción, al inicio de su carrera no tenía ese reconocimiento.
El director británico Mike Newell, conocido por dirigir la icónica comedia romántica Cuatro bodas y un funeral (1994) y la popular entrega de Harry Potter y el cáliz de fuego (2005), fue uno de los que en el pasado no creyó en el potencial de Reeves como actor de acción. De hecho, Newell utilizó palabras bastante desafortunadas para expresar su escepticismo.
Ocho años antes de dirigir en la franquicia de Harry Potter, Newell trabajó en el aclamado drama de gánsteres Donnie Brasco, protagonizado por Al Pacino y Johnny Depp. La película contaba la historia real de un agente encubierto que pasó años infiltrado en la mafia de Nueva York y desarrolló una relación cercana con un veterano mafioso llamado Lefty.
Newell explicó: "¿Por qué elegí a Johnny y no a alguien como Keanu? Bueno, para empezar, quería a alguien que supiera actuar. Y Johnny es un actor muy, muy inteligente, no se equivoquen al respecto".
No se sabe si Keanu Reeves llegó a postularse para el papel en Donnie Brasco, pero lo que es cierto es que no aparecer en esa película no fue un obstáculo para su éxito. En la década de los 90, Reeves asumió papeles icónicos, como el del policía Jack Traven en Speed (1994) y el inolvidable Neo en Matrix (1999).
A pesar de lo desafortunado del comentario de Newell, Depp resultó ser una elección perfecta para el papel en Donnie Brasco, especialmente por su química con Al Pacino, quien interpretó al mafioso Lefty con una calidez que contrastaba con su experiencia en el cine de la mafia, como en El Padrino. Curiosamente, tiempo después, Reeves compartiría pantalla con Pacino en la película Pactar con el diablo.