"Los reconocimientos vienen por el esfuerzo".
¿Consideras que es un desafío considerable impartir clases en un entorno rural del Estado?
"Sin lugar a dudas, la vocación docente permanece inalterada; como educador, el propósito fundamental es inculcar conocimientos a cualquier estudiante. Desde una perspectiva más personal, me atrevería a afirmar que este escenario representa un desafío intrínseco, en el sentido de que, al ocupar una posición docente en un entorno rural, se está consciente de que existe un porcentaje significativo de individuos que, en su mayoría, no fomentan la educación ni motivan a sus hijos en ese sentido.
Es aquí donde cobra relevancia el papel del catedrático y su vocación, ya que impulsa aún más a los alumnos en un contexto en el que el valor de la educación puede no ser una prioridad para muchas familias".
¿Cuánto tiempo llevas desempeñando tu labor educativa en la escuela?
"Actualmente, estoy en mi quinto año como docente en la escuela municipal de Hércules, Coahuila. Mi responsabilidad recae en impartir clases a estudiantes de quinto grado. Esta experiencia ha resultado sumamente enriquecedora, permitiéndome entrar en contacto con individuos que poseen diversas costumbres y que, en definitiva, revelan la existencia de una realidad distinta en comparación con las zonas urbanas o conurbadas. Aunque existen diferentes mentalidades y perspectivas, la educación sigue siendo un pilar fundamental para el progreso, especialmente en contextos rurales".
¿Te has enfrentado a dificultades al establecer su vida en dicha población?
"Inicialmente, debo confesar que no estaba completamente convencido de estar en ese lugar y, en algún momento, contemplé la posibilidad de renunciar y dejar vacante mi plaza.
No obstante, comprendí que había un propósito detrás de mi presencia allí y que debía cumplir con mi deber como maestro.
En una experiencia reveladora, visité la única iglesia en Hércules, donde pedí signos divinos acerca de si estaba en el camino correcto. La siguiente semana, una madre se acercó y me confesó que su hijo, Adrián, estaba experimentando un cambio positivo en su actitud hacia la escuela gracias a mi labor.
Fue entonces cuando entendí que debía quedarme y que, de hecho, los planes trazados para mí eran los adecuados".
¿Cuál consideras que ha sido tu logro más satisfactorio como maestro hasta ahora?
"Indudablemente, mi mayor fuente de satisfacción radica en presenciar el crecimiento académico y personal de un estudiante a lo largo de los años. Ver a un alumno que tuve en etapas anteriores graduarse, evidenciando un compromiso destacado con sus estudios y una transformación en su perspectiva, es profundamente gratificante. Además, los elogios de los padres, quienes en varias ocasiones me han expresado lo a gusto que se sienten con la educación proporcionada a sus hijos, constituyen un estímulo adicional".
¿Cuáles son tus planes y aspiraciones a futuro?
"Actualmente, me encuentro establecido de manera satisfactoria en este entorno. Sin embargo, siendo originario de Cuatro Ciénegas, Coahuila, albergo el deseo, en un momento oportuno, de regresar y estar cerca de mis padres, suegros y hermanos. No obstante, estoy plenamente consciente de mi vocación y la función que desempeño. Por ende, me esfuerzo al máximo para contribuir al desarrollo integral de los jóvenes que tengo a mi cargo".
¿Podrías darnos información acerca de algún proyecto de ampliación en tu escuela actual?
"En efecto, existe un proceso continuo de interacción con la SEP, que incluye reuniones periódicas con los directivos para discutir temas de apoyo y posibles remodelaciones. A pesar de que la ciudad no puede considerarse como un pueblo en sí mismo, dada su dimensión reducida, no carece de proyectos significativos. La prioridad evidente, respaldada por el Ayuntamiento, recae en la mejora constante de las instalaciones educativas en beneficio de los estudiantes.
