Nohemí Villarreal, quien trabajó en la empresa restaurantera, decidió alzar la voz luego de las injusticias y maltratos que recibió mientras laboraba para la cadena de alimentos. La joven cuenta cómo ella trabajó como cajera, telefonista y cocinera, sin embargo, lo hizo aceptando a no tener Seguridad Social, recibir salarios incompletos y un mal trato por parte de sus superiores, sin embargo, la necesidad de mantener a sus hijas la orillaban a seguir laborando y aguantar cada uno de los tragos amargos que la hacían pasar. Nohemí un día se armó de valor y decidió quejarse, por lo que fue despedida y para recibir su finiquito tuvo que pasar más de un año. El accidente con el empleado Daniel Sánchez ha desencadenado que más trabajadores hagan sus quejas públicas.