El paratleta que superó el cáncer en los huesos y sueña con Los Ángeles 2028

De la Rosa nunca tuvo un afecto especial por el deporte, inclusive se puede decir que no era de su agrado.

Germán de la Rosa ya rechazó en alguna ocasión al Comité Paralímpico Mexicano, pero ahora sí tiene deseo de participar en Los Ángeles 2028

Germán de la Rosa es un ejemplo más de que, cuando la vida parece empeñarse en dar la espalda, siempre se puede encontrar una salida. El paratleta halló en el deporte la inspiración necesaria para seguir adelante tras vencer el cáncer de huesos que le quito una pierna, y también la metástasis pulmonar. Hoy sueña con participar en los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028.

De la Rosa nunca tuvo un afecto especial por el deporte, inclusive se puede decir que no era de su agrado. Este pensamiento negativo aumentó cuando tuvo un choque de rodillas en un partido de basquetbol, que terminó por dinamitar el cáncer con un tumor en su rodilla y comenzó su calvario.

“El deporte me comenzó a gustar cuando decidí amputarme la rodilla a laos 24 años. Me lo recomendaron como rehabilitación, lo probé y me agradó sentir esa adrenalina. Ahora siento esa pasión a nivel competitivo, me gusta demostrarme de los que soy capaz y a otras personas que a pesar de una discapacidad, del cáncer, salimos adelante”, dijo en entrevista.

GERMÁN DE LA ROSA ESTUVO CERCA DE LA MUERTE

El también embajador de Sport City hoy en día es uno de los paratletas más reconocidos, con 16 años en el atletismo de diferentes modalidades como campo traviesa y de obstáculos como la Spartan Race. En las cuales ha corrido desde cinco hasta 42 kilómetros, pero el llegar hasta este momento de gloria no fue nada sencillo. De la Rosa explicó como fue el estar enfermo e inclusive coquetear con la muerte.

“Nunca me cayó en la cabeza decir que tenía una enfermedad mortal. Nunca pensé en que me iba a morir, al contrario, fue una guerra por vivir. El dolor en la rodilla fue complicado, tenía una bola del tamaño de una toronja, no podía caminar, correr, ni agacharme. En la cuestión de los pulmones no se sentía nada, puede pasar desapercibido si no te haces una tomografía. No duele como sí la cirugía. Se supone que tenía 3 metástasis y al final fueron 15. Inflé globos hasta llenar el tercer piso del Nacional de Pediatría, pero eso me ayudar a recuperar casi el 100% de mi capacidad pulmonar. Después, llegó la lenta fase recuperación”, detalló.

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