Coahuila poseía la mayor población y su comercio estaba más desarrollado, lo que a su vez aseguraba mayores recursos para enfrentar las incursiones bárbaras.
A partir de mayo de 1824 Coahuila y Texas se consideró un estado más de la Federación Mexicana, uniéndose y formando una sola entidad. Se creó el gentilicio de Coahuiltejanos, como una señal inequívoca de una relación entre ambas regiones, la cual duró un poco más de una década, hasta su separación definitiva y la independencia de Texas de México.
En el primer artículo de la Constitución de Coahuila y Texas, en lugar de definir al estado como una circunscripción geográfica y política, lo designa como “la reunión de todos los coahuiltejanos”.
Recursos. Coahuila poseía la mayor población y su comercio estaba más desarrollado, lo que a su vez aseguraba mayores recursos para enfrentar las incursiones bárbaras. Texas por su parte contaba con muy poca población mexicana y comenzaba a tener algunos asentamientos de colonos anglosajones y además carecía de recaudación, industrias, comercio y vías de comunicación, es por ello que los constituyentes de 1824 optaron por incluir a los dos estados en uno. Coahuila y Texas se dividió, para su mejor administración, en tres departamentos: Bexar (Texas), Monclova (Monclova y Río Grande) y Saltillo (Saltillo y Parras).
Fue así que mediante el decreto número 403 del 7 de mayo de 1824, se declara como un estado de la federación a Coahuila y Texas, con la especificación de que la unión duraría mientras Texas estuviera en condiciones de figurar por sí misma como estado.
Pero, ¿Cómo vivían los habitantes de Coahuila, Nuevo Reino de León, Nuevo Santander y Texas en esos años?, Miguel Ramos Arizpe presentó ante las Cortes su memoria “El estado natural, político y Civil de las provincias de Coahuila, del Nuevo Reino de León, de Nuevo Santander y de Texas”, en la que describe la situación de esas provincias en los albores del siglo XIX.
Por otra parte, el Congreso Constituyente del Estado de Coahuila y Texas se instaló el 15 de agosto de 1824. Ahí mismo se decretó que la forma de gobierno del nuevo estado sería republicana, representativa, popular, federada; se dividió para su ejercicio en tres poderes: legislativo, judicial y ejecutivo.
Este último se depositaría provisionalmente en un gobernador nombrado por el mismo cuerpo legislativo.
Lo siguiente fue delinear de manera formal el perfil político del estado con la promulgación y jura de la Constitución Coahuiltexana. Las primeras disposiciones definieron al estado como la reunión de los coahuiltexanos y establecieron su categoría de entidad política libre e independiente de los demás Estados Unidos Mexicanos y de cualquier otra potencia o dominación extranjera.
Algunos de los asuntos y problemáticas que se discutían en la Excelentísima Diputación Provincial de Coahuila en 1824, nos dan a conocer el contexto de cómo se fue conformando nuestro estado.
En las actas pueden conocerse los diversos temas que fueron abordados para su discusión y la manera en que se atacó la problemática de cada una de las regiones que componían el vasto estado Coahuiltejano, como el severo problema de las invasiones llamadas bárbaras por el Congreso Mexicano, de comanches, tehuacanos, tehuayases, huecos, charaquies, lipanes, etc., se comenta también el asentamiento de extranjeros y las leyes de colonización.
En no pocos casos se mencionan diversas acciones para entablar negociaciones de paz con colonos de origen estadounidense y algunas naciones indígenas,
Poblaciones. Permitiéndoles el acercamiento en lugares cercanos a poblaciones mexicanas.
Algunos vecinos de las poblaciones asentadas en la frontera aseguraban que los caballos robados por los indios eran intercambiados por armas y otros objetos que los estadounidenses estaban dispuestos a aceptar.
También es posible advertir la falta de apoyo del gobierno federal a los estados del norte. En las notas de índole diversa, también están presentes en estas actas las acusaciones hechas por algún ciudadano contra un alcalde de su población, las cuales solo se señalan, pero no se anota el problema. Por otra parte, nos damos cuenta de las numerosas solicitudes para la formación de nuevos poblados, un proceso que fue fundamental para la expansión territorial y el desarrollo social de la región.
Algunas de estas solicitudes resultaron en la creación de comunidades que prosperaron y crecieron hasta convertirse en ciudades vibrantes y prósperas que conocemos hoy en día.
Estas comunidades lograron establecerse gracias a la tenacidad y visión de sus fundadores, quienes enfrentaron y superaron numerosos desafíos.
Sin embargo, no todas las iniciativas tuvieron el mismo éxito.
Muchos intentos de establecer nuevos asentamientos fueron efímeros, víctimas de diversas dificultades como la falta de recursos, el aislamiento geográfico, las adversidades climáticas y, en algunos casos, los conflictos con grupos indígenas o con otras comunidades ya establecidas.
Estos asentamientos que no lograron perdurar, aunque breves en su existencia, también formaron parte del complejo mosaico histórico y cultural que define la región.
Fue a través de este proceso de formación y disolución de poblados que se fue conformando esta vasta extensión de tierra. Situada al norte de la naciente federación mexicana, esta región llegó a ser conocida como el estado de Coahuila y Texas.
Este territorio, rico en diversidad cultural y natural, se convirtió en un punto de encuentro y encrucijada de caminos, donde la interacción entre diferentes culturas y pueblos dio forma a una identidad única y dinámica.
Así, la historia de Coahuila y Texas es una historia de crecimiento, lucha y transformación, marcada por los esfuerzos colectivos de quienes buscaron en estas tierras una nueva oportunidad para construir un futuro mejor.
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