El día menos pensado esta capital empezará a padecer la mayor crisis hídrica de su historia
Saltillo, Coahuila, MÁS. – Llegó la hora de que Aguas de Saltillo (Agsal) le hable con la verdad a la ciudadanía: “nuestros mantos freáticos están a punto del colapso”, advirtió el activista ambiental, Rodolfo Garza Gutiérrez.
En entrevista para MÁS, afirmó que debido a una extracción indiscriminada, las reservas acuíferas de la ciudad están prácticamente agotadas, síntoma de lo cual es que se ya extrae arsénico de uno de los pozos operados por la paramunicipal.
De no detenerse esta depredación, el día menos pensado esta capital empezará a padecer la mayor crisis hídrica de su historia, y no habrá tormenta tropical o huracán que pueda salvarnos, previó, alarmado, el excandidato a alcalde de este municipio.
Se trata, añadió, de un drama que todavía estamos a punto de prevenir, de lo contrario se pondrá en grave peligro la subsistencia de por lo menos 280 mil hogares, distribuidos en 800 colonias, y el futuro de la planta productiva.
Lamentó que el sector empresarial se mantenga escéptico y al margen de esta preocupante realidad, a pesar de que en varias ocasiones AUAS les ha advertido y demostrado científicamente que ya no tenemos agua, sin embargo, han creído más en la engañosa versión oficial.
Mientras nuestros mantos freáticos no retomen sus niveles óptimos, no debemos seguir permitiendo el establecimiento de nuevas empresas, por más que el nearshoring sea la panacea de moda, dijo Garza Gutiérrez en entrevista
Denunció que la firma española Aguas de Barcelona se desentendió por completo de esta problemática, a la vez, oculta información sobre el abatimiento real de los mantos freáticos que se están aprovechando.
Ejemplo de ello es que, en marzo pasado, Jordi Bosch Bragado, exgerente de Agsal, se negó a precisar la cifra relativa a la cantidad de agua de que dispone la localidad, bajo el ambiguo argumento de que su cálculo “depende del consumo de los saltillenses, de la pluviometría y de las obras de eficiencia, entre otras cosas”.
A más de ello, Aguas de Saltillo, desde su fundación en 2001, se rehúsa a invertir en la reparación de la red de suministro (pues eso no es negocio), de la cual se fuga el 42 % de los volúmenes derivados de los puntos de extracción.
Según afirma el propio organismo operador en su sitio web, Agsal nace de una alianza público–privada para resolver “de fondo” los “problemas de agua” que presenta la ciudad, bajo un esquema de empresa mixta que, asegura, “permite tener dos grandes fortalezas: la equidad y la eficiencia”.
A juicio de Rodolfo Garza, detrás de estas justificaciones se esconde el afán de saqueo de Agbar, firma española que, al darse cuenta de que está a punto de agotarse el agua en Saltillo, el año pasado logró que el Cabildo aprobara, con la posterior ratificación del Congreso del Estado, la ampliación limitada de su contrato con el gobierno municipal.
La razón de que dicha extensión sea solo por siete años y medio se explica en que al final de ese término ya no habrá más agua qué administrar. Será entonces cuando Agbar se retirará del negocio, dejando a Saltillo sin futuro, advirtió.
