La Entrevista con Catalina Meza Campos

Una vida de vocación en la enseñanza y sabiduría. 

Entre los recuerdos de sus etapas de la infancia, estudiante y como maestra, Catalina nos compartió paisajes de su vida que la hicieron formarse en el camino de la enseñanza y amor al prójimo, como cuando su padre, una persona quien fue minero, todos los días les leía parte de un libro mientras su madre ordenaba la cocina después de cenar, esos momentos eran aprovechados por el papá para inculcar en ellos la lectura, un hábito que hasta la fecha ella tiene, aunque por cuestión de salud de sus ojos la ha interrumpido por un tiempo.

Catalina o Caty como la llaman, supo elegir bien dedicarse a la enseñanza, pues la vocación se refleja en cada frase y en esta plática que deja un valor de aprendizaje, sin siquiera ella darse cuenta, hoy supe algo más con su charla. 

En la época del Presidente Lázaro Cárdenas, Catalina estudió  su carrera, pero no en una muy importante,  era un internado de la Escuela Normal Rural "Gral. Mariano Escobedo", este tipo de internados fueron creados por Cárdenas para que estudiaran una carrera los hijos de los campesinos con la intención de que trabajan en el campo y su prioridad era que vieran a la gente del campo y así se hizo, pues ella, como el resto de los egresados, llegaron a trabajar con la enmienda de que, no solo daban clases a los niños, sino también a todos los adultos a quienes se les obligaba a que acudieran a estudiar.

Dichas escuelas normales ya desaparecieron y en Galeana, Nuevo León, donde ella estudió, aún queda parte del edificio. Sin poder evitar un quiebre en la voz por los recuerdos, Caty, expresó, "Yo estudié en una escuela hermosa, en un internado que ya desapareció, creado por el Presidente Lázaro Cárdenas, para hijos de campesinos, pues Cárdenas consideró que en los internados se debería capacitar a jóvenes para que fuéramos a trabajar al campo y que nuestra prioridad fuera ir a ver a la gente del campo, porque siempre es la gente más necesitada en educación y cuestión económica y así lo hicimos".

¿Cuántos años duró de docente?

"30 años". 

¿En qué desarrolló su carrera?

"Siempre fui maestra de grupo, nunca me gustó la dirección, me la ofrecieron tres veces y la rechacé, para evitar problemas con los maestros (por lo estricta).
"Estuve 22 años dando primer grado y el resto de mi trabajo en grados que me asignaban".

¿Cómo recuerda su docencia?

"Creo que enseñé bien, porque hay alumnos que hoy son profesionistas y vienen y me agradecen que gracias a mí, a que les exigía que estudiaran, son algo en la vida, también les traté de dar otras habilidades en la danza, canto y manualidades".

Con toda su experiencia, ¿Es difícil ejercer la docencia actualmente?

"Sí, porque hay muchos distractores que desvían la atención del alumno, como el celular, la computadora o lap top y la televisión, y los padres de familia no te ayudan como antes, porque no vigilan lo que el niño ve en la televisión, medios de comunicación y celular.  El uso de celulares, sobre todo, eso le causa un daño al menor, no dudo que fue creado con un buen propósito o es la tecnología, pero debe moderarse el uso. 
Puedo decirte que desde que mis nietos estaban chiquitos, la regla que les puse a mis hijos cuando me los dejaban o vienen a visitarme es que 'aquí sin celular', podemos jugar, platicar, leer, otras cosas, sin necesidad de estar con el celular".

Dice que le gusta mucho conocer y viajar, ¿A dónde ha ido?

"Tenemos un grupo de amistad de estudiantes que nos decimos hermanas y hermanos, y nos juntamos cada año o cada que podemos en alguna ciudad, así hemos ido a Chiapas, Oaxaca, Tamaulipas, Zacatecas, Aguascalientes, Nuevo León, Mérida, Cancún, Acapulco, Mazatlán y, por supuesto, Coahuila".
 
¿A dónde le gustaría ir?

"A Holanda por sus tulipanes".

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