“Háganle un monumento, por favor”, le gritó un aficionado a Florentino Pérez antes de la comida de Navidad que se realizó en el Santiago Bernabéu. Cuando todos los asistentes pensaban que el aficionado se refería a Bellingham, matizó: “Hay que renovarlo, Presi, porque no habrá un entrenador mejor…”. Florentino giró la cabeza, sonrió y levantó el pulgar diciendo: “Calma…”, mientras guiñó el ojo.
Y es que la renovación de Carlo Ancelotti hasta 2026 llegó días después entre halagos generales hacia el italiano. Nadie pensó en que tendría una segunda oportunidad en el Real Madrid y volvió. En su primer año (de la segunda era) consiguió ganar otra Champions League. Nadie le creía, pero él lo consiguió en París. Tras el año pasado, que a nivel de LaLiga fue un desastre, consiguió salvar los muebles con un título de Copa en el que nadie creía hasta que llegó la remontada en el Campo Nou. Y este año tiene líder al equipo sin un delantero específico más allá de Joselu. Ahí es nada.
Un jugador detalla a ESPN que, para el vestuario, Ancelotti “es más que un mister, es un padre”. Ese trato familiar hace que los jóvenes confíen ciegamente en alguien cuya trayectoria es un lujo para los blancos. Por eso todos le admiran, le quieren y le hacen caso.Otro jugador desvela a ESPN que “el mister trata a todo el mundo por igual, y eso no pasa siempre porque en el fútbol hay intocables. Pero él es así y nos gana con eso”. Su diálogo, su mano izquierda y su paciencia le hacen merecedor de estar en el podium de grandes entrenadores de la historia blanca. Méritos propios tiene para estar en esa conversación.
Es el único entrenador que ha conseguido un título de liga en los cinco grandes campeonatos: Inglaterra, Alemania, Italia, Francia y España. Nadie lo ha conseguido. Ha conseguido cuatro títulos de Champions League con dos equipos, el Madrid y el AC Milan, y aún en su persona el aplauso de todo el mundo. ¿Es el mejor DT de la historia blanca? Cuando acabe su mandato lo veremos, pero está en el camino.
Porque otros podrán haber tenido más títulos, como Zidane que consiguió tres Champions League, pero si comparamos las armas de uno y otro el italiano ha sacado más rendimiento a sus plantillas. En la primera de sus etapas en Madrid el italiano, tras años de pelea convulsa de Mourinho contra todos, pacificó el vestuario y ganó en Lisboa. Al año siguiente, denostado por la crítica por su falta de titulares, fue despedido con la excusa de “ser demasiado cercano a los jugadores”.
Y el Madrid, en concreto Florentino Pérez, aprendió de su error concediéndole una segunda oportunidad porque saben que Ancelotti tenía una asignatura pendiente con La Casa Blanca. Y cumplió a rajatabla con su segundo título de Champions al eliminar al PSG, al Chelsea, al Manchester City y al Liverpool en una temporada que será recordada por sus remontadas épicas. Y ahí estaba él con todos y contra todo.
Este año, sin una palabra más alta que la otra, ha aguantado lesiones de larga duración, plagas en forma de bajas de titulares y una falta de refuerzo preocupante en ataque. ¿Resultado? Líder destacado en LaLiga, un título de Supercopa de España y las aspiraciones intactas en la Champions League. Además, fue el encargado de recuperar a Vinícius tras el ostracismo de Zidane y de reconvertir a Bellingham en la realidad que es hoy en día.
Ancelotti es un histórico del fútbol y Del Real Madrid. Su legado, cuando termine el contrato que le liga al Madrid en 2026, será sencillamente brillante.