En la declaración, uno de los detenidos confesó que viajaron a Piedras Negras para que les cargaran el vehículo con droga y luego cruzar hacia los EE.UU. con destino a Dallas.
Dos jóvenes residentes de Eagle Pass, Texas, fueron arrestados el pasado 18 de agosto por agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) cuando intentaban cruzar el Puente Internacional No. 2 con 7.2 kilos de cocaína ocultos en su vehículo. Actualmente, ambos se encuentran detenidos en Del Río y comparecieron ante el Tribunal Federal la mañana del martes para enfrentar los cargos en su contra.
Los acusados, Héctor Rodríguez Jr. y Eduardo Cervantes, ambos de 20 años, fueron detenidos después de que los agentes de CBP descubrieran la droga escondida en el parachoques delantero de la Ford Bronco 2021 que conducían. La detención se produjo durante una inspección rutinaria en la frontera, cuando los oficiales detectaron irregularidades en el vehículo y decidieron realizar una revisión más exhaustiva.
Asuntos. En la audiencia ante un magistrado federal, Cervantes confesó que Rodríguez se había puesto en contacto con él el día anterior y juntos habían acordado viajar a México para "manejar asuntos relacionados con las drogas". Según la declaración de Cervantes, una vez en México, ambos llegaron a una residencia donde cargaron la camioneta con la cocaína. Posteriormente, emprendieron el viaje de regreso a Estados Unidos, dirigiéndose al Puente No. 2, donde finalmente fueron interceptados por los agentes de CBP. Durante el interrogatorio, Cervantes reveló que el vehículo tenía un compartimiento oculto adicional cerca del motor, donde Rodríguez escondió más bolsas llenas de droga que les habían entregado en México. Asimismo, admitió que su intención era transportar la droga a Dallas, Texas, donde sería distribuida. Cervantes también reconoció haber realizado viajes similares a Dallas, Laredo y Chicago en los últimos meses, utilizando el mismo vehículo para transportar narcóticos. La confesión de Cervantes fue contundente. Aseguró que recibía $1,000 por cada viaje que realizaba, lo que refleja el modus operandi de una red de narcotráfico que opera entre México y Estados Unidos, utilizando a jóvenes como él para el transporte de drogas a diferentes ciudades estadounidenses. Rodríguez, por su parte, se mantuvo en silencio durante la mayor parte de la audiencia, aunque las pruebas en su contra, incluidas las declaraciones de Cervantes y las evidencias encontradas en el vehículo, lo vinculan directamente con las actividades ilícitas. La detención de Rodríguez y Cervantes podría ser un golpe significativo para la red de narcotráfico con la que estaban asociados.
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