Pese a que este fenómeno es raro que ocurra en territorio mexicano existe una razón especial por la cual se hizo presente.
De acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), las condiciones geomagnéticas en la atmósfera del hemisferio norte son las más extremas que se registran desde octubre de 2003, dando lugar a que la aurora se vea en lugares donde es muy poco frecuente.
Dicha agencia científica emitió una alerta en la escala G5, la máxima en su baremo, tras varios días de intensa actividad solar que se acrecentaron, pues una tormenta geomagnética de ese nivel puede causar problemas en la red eléctrica, incluso apagones, la navegación, la radio y las operaciones por satélite.
Este fenómeno natural, se forma debido a la producción de erupciones en la superficie del sol, también conocidas como eyecciones de masa coronal, esas eyecciones son las que propician las tormentas geomagnéticas cuando van en dirección a la Tierra.
De acuerdo con el Instituto Geográfico Nacional de España, las tormentas geomagnéticas tienen un carácter global, comenzando simultáneamente en todos los puntos de la Tierra. No obstante, las amplitudes con que se observan las tormentas en distintos lugares son diferentes, siendo mayores cuanto más alta es su latitud.