El Atlético de Madrid consiguió una victoria por 0-1 frente al Real Mallorca, sumando su cuarto triunfo consecutivo tras vencer a Vic, Las Palmas y PSG. Con este resultado, el equipo dirigido por Simeone mostró una sólida defensa y un estilo de juego compacto y paciente, características clásicas del "cholismo".
El partido empezó con cautela, con ambos equipos respetando las posiciones y pocas ocasiones en la primera mitad. El Atlético, con un esquema 4-4-2 que se transformaba en un 6-3-1 en defensa, cedió la posesión al Mallorca y se mantuvo en un bloque bajo, con su línea de presión por debajo del círculo central. A pesar de la tenencia del balón, el Mallorca solo tuvo una ocasión clara cuando un remate de cabeza de Larin fue atajado por Oblak cerca del minuto 41.
En la segunda mitad, el Atlético mostró mayor intensidad. La jugada decisiva llegó tras un saque de esquina del Mallorca. Oblak detuvo el balón y lanzó una contra rápida, asistiendo a Giuliano, quien superó a Mojica y Maffeo en velocidad antes de ceder el pase a Julián para marcar el único gol del partido.
La victoria reafirma el estilo pragmático del Atlético y su tendencia al “unocerismo”, demostrando su capacidad para gestionar ventajas mínimas con una defensa férrea.