Ninguna persona está preparada para la muerte de algún familiar y cada caso de duelo es diferente.
Llamado hipotéticamente “libro de la vida”, nos marca un inicio, un desenlace en las etapas de la vida (niñez, adolescencia, juventud), posterior la adultez y de ahí, el fin del ciclo, muerte, sin embargo, ¿Qué ocurre cuando muere una persona joven? o ¿Un familiar que se encontraba en perfecto estado de salud?
Héctor Sepúlveda, tanatólogo menciona que nadie está preparado para la muerte de algún ser querido, en especial si es cercano, sin embargo, depende de la cercanía que hubo entre las personas en vida, y que se haya creado ese vínculo afectivo que afecte los sentimientos en el momento que ocurra algún deceso.
Casos. “Los casos de las personas pueden ser diferentes, hagamos una comparación entre la muerte de una madre y la de una persona que no has visto en 20 años, el sentimiento es diferente, por lo que el duelo se pasa de diferente manera, nunca es el mismo, considero que esto también influye en la terapia, pues cada persona tiene que pasar por su propio duelo, pueden pasar días, o años de sanación”, dijo Héctor. Expresa que los casos influyen de manera personal, como ejemplo dice que la madre que muere de manera abrupta a una que sabes que tiene algún tipo de enfermedad y que ha estado sufriendo durante años; también el vínculo que se tenía con la persona, pues no es lo mismo un familiar que no se había visto hace 20 años, a otra con la que convives diariamente.
Pilares. Manifiesta que existe 4 pilares al momento de manejar el duelo, el primero consiste en hacer realidad la pérdida para que “les caiga el 20”, de la realidad que están afrontando con un familiar fallecido; segundo, expresar las emociones, este en particular es muy importante, debido a que es necesario llorar todo lo que el cuerpo y corazón necesita. Sin limitantes sobre cómo es que hay que comportarse; el tercero es que las personas en duelo deben de aprender a hacer las cosas que hacía el otro, es decir, cuando el esposo fallece y la viuda debe de hacer las tareas que, hacia el hombre, como cambiar el tanque de gas, entre otros, y así de manera viceversa. Y el cuarto pilar es recolocar emocionalmente a la persona que falleció, esto quiere decir que la persona que ha fallecido se coloca en una parte del corazón y continúa con las actividades cotidianas, continuando con su vida, esto por su parte, es lo que considera que una persona debe de tener para llevar un buen duelo.
Finaliza mencionando que es importante tratar con todo tipo de duelo, y sobre todo enfatiza que estas pérdidas son necesarias llorarlas y sufrirlas.
