Una historia muy tierna y noble de afecto y amor incondicional se ha escrito entre Cimba y Santiago, un joven de 25 años de edad originario de Venezuela que busca cumplir el sueño americano. En su trayecto, conoció a quien se ha convertido en su mejor amigo y por quien ha dedicado un gran esfuerzo para asegurarse de que se encuentre en las mejores condiciones. Esto ha sido recíproco, ya que el gatito lo acompaña fielmente.
Cimba no se separa del hombro de Santiago. Él relata que mientras descansaba en un parque en Cali, Colombia, se encontró con el gatito, que tenía solo unos días de haber nacido. El cariño, afecto y química entre ellos fue tan fuerte desde el primer momento que no dudó en llevárselo, convirtiéndolo en parte de su viaje. Han visitado siete países, incluyendo Panamá, donde enfrentaron el desafiante Tapón del Darién, y continuaron por Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, hasta llegar a México. Viajaron en tráiler y tren, sin separarse en ningún momento. Santiago especifica que comparte su comida con su pequeño amigo, quien viaja pegado a su hombro con una correa para no perderlo.
El migrante destaca que ha encontrado mucha gente buena que ha ayudado a ambos a lo largo de su viaje. En su corta estancia en Piedras Negras, por ejemplo, antes de cruzar el río, niños jugaron con el gatito, le dieron de beber leche y un poco de croquetas. Después, regresaron juntos al brazo de su dueño para cruzar el río, subrayando que no permitirá que lo separen de su lado.
