A pesar del flujo migratorio presentado en las últimas semanas, en las que se tiene el registro de importantes grupos que arriban a la ciudad, no se ha tenido la problemática de verlos en las plazas públicas, ni deambulando en las avenidas y calles principales, ni pidiendo en cruceros. Lo que ha generado un poco de trabajo son las personas extranjeras que padecen alguna discapacidad y que han sido sorprendidas realizando alguna de estas actividades en los libramientos.
Velan por su seguridad. Se busca la manera de apoyarlos sugiriéndoles que realicen esa actividad en lugares seguros, ya que en las avenidas y cruceros corren el riesgo de que puedan recibir un golpe al no contar con los mismos reflejos, manifestó Gerardo Velázquez, director del cuerpo de inspectores, resaltando que son pocas las personas que se encuentran en esta condición a quienes no se pueden remitir, pero sí se les llama la atención.
En el caso de las familias que son sorprendidas en los cruceros, se pide el apoyo a la PRONNIF para invitarles a que eviten realizar esta actividad. Estamos en constante vigilancia en sectores como la ruta fiscal, que es el sitio por donde más circulan estas personas, teniendo pocos casos de estos siendo más marcado cuando se contaba con el título 42. Por lo general, quienes llegan acuden directamente al río para entregarse.
