Rayados de Monterrey y Tigres UANL entregaron un frío empate 1-1 en la Ida de las Semifinales del futbol mexicano. Sin embargo, el clásico regio, disputado en el Estadio Universitario de Nuevo León, dejó lugar para una discusión muy caliente. Todo se debió a la peculiar forma en la que llegó el gol que adelantó a Rayados en el partido y que, en una serie tan pareja, podría ser decisivo, a espera de lo que pase en la Vuelta, el próximo sábado en el Estadio Bancomer.
El partido tuvo principalmente muchos roces. Hubo intensidad, pero faltó la calidad que se esperaría entre dos planteles tan poderosos. Después de algunos avisos sin peligro real por parte de Tigres, la visita se encontró con un balón parado a los 34 minutos. El cobro corrió a cargo de Maxi Meza, que sorprendió a todos pues no mandó un centro, sino que directamente buscó sorprender a Nahuel Guzmán. Su disparo fue potente y adquirió un efecto que desubicó al portero felino.
Aunque el argentino alcanzó a atajarlo con un guante, estaba muy adelantado, por lo que el balón fue cayendo dramáticamente mientras él intentaba despejarlo para que no rebasara la línea de gol. La jugada despertó la euforia en el Estadio, porque de inmediato la afición local reclamó que la pelota no había entrado. Durante algunos segundo reinó la confusión, pero Fernando Guerrero, árbitro del cotejo, consultó con su asistente y determinaron que el balón había entrado.
