Uno de los productos más consumidos en la frontera es el pollo, y la principal razón es su precio tan económico, el cual es importado de Estados Unidos.
Son innumerables las afectaciones que están provocando las restricciones en los puentes internacionales, derivadas del incremento del flujo de migrantes que diariamente siguen llegando a la ciudad.
Ambas comunidades viven difíciles momentos en el mes en que debería ser todo lo contrario, ya que es cuando se tiene un mayor flujo de efectivo por la entrega de las distintas prestaciones otorgadas a los trabajadores, destinadas para la compra de las cenas navideñas, regalos y otros artículos de temporada.
Incrementos ante la escasez de productos. Según Julián Rodríguez, comerciante de la localidad, especificó que esta situación podría generar incrementos en uno de los productos más consumidos por los residentes de la frontera, como lo es el pollo. Esto se debe a la falta de importaciones por la problemática en el cruce, manifestando que es un producto que no se puede contar con grandes cantidades en reserva, ya que es perecedero y se trabaja al día, y ningún comercio grande cuenta con las bodegas para almacenarlo. De tal manera, tiene que estar comercializándose de manera cotidiana, siendo un producto que, además de prepararse en distintas presentaciones, es muy demandado para cocinarlo al carbón. El comerciante detalló que, en estas situaciones, los minoristas acaparan el producto para comercializarlo en negociaciones pequeñas, doblando su costo. Por lo que se busca contrarrestar y evitar el mercado negro, detallando que las cargas no están llegando a tiempo por las dificultades existentes, corriendo el riesgo de la falta de productos, recordando que ante la escasez el precio se dispara, como ha sucedido con otro tipo de productos. Por lo que esperan que, por el bien de todos, esta crisis humanitaria pronto se componga.
Se desploman las ventas. Otra de las situaciones por las que atraviesa el comercio, a raíz de la crisis humanitaria, es la disminución de las ventas, lo cual afecta ambos lados de la frontera. Estas largas esperas impiden el intercambio del comercio por el temor a la extrema espera para poder cruzar, tanto de México a Estados Unidos como viceversa. En estos momentos se encuentra el retorno de los paisanos, lo cual se presenta en el mejor mes para las ventas, lo cual está siendo muy perjudicial. Hay quienes creen que lo que se vive es semejante a lo registrado durante la pandemia, que fueron dos años en los que se tuvieron estas medidas que generaron un retraso en todas las distintas áreas. En esa ocasión era un tema de salud por el que atravesó todo el mundo, en el que los gobiernos tuvieron que adoptar las estrategias más acordes a las necesidades requeridas en sus regiones. Pero en esta ocasión se trata de una crisis registrada principalmente en Centroamérica, cuyos efectos los resienten en la frontera, como dicen, pagando justos por pecadores, responsabilizando a los gobiernos federales de México y Estados Unidos por no hacer nada para detenerlo y dejar abierta la frontera para que sigan llegando más migrantes, teniendo que actuar las autoridades locales ante la falta de intervención por parte de la federación. En lo concerniente al lado americano, el centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza cuenta con más de 5 mil personas, estando rebasado, ya que su capacidad es para menos de 2 mil. Menos del 90 por ciento de las personas que cruzan no son viables para otorgarles el asilo humanitario.
Otras de las críticas realizadas es que no hay consecuencias para quienes quebrantan la ley, ya que ingresar de esta manera es en contra de las legislaciones y se les brinda apoyo, algo incongruente por parte de la aplicación de las medidas tomadas hacia los migrantes. A la orilla del río, el gobierno de Texas colocó alambre de púas por cerca de tres kilómetros, pero ni eso ha detenido el tránsito.
