La desesperación de los indocumentados por buscar el sueño americano los ha obligado a continuar caminando.
En medio de la ola migratoria que ha sacudido el estado de Coahuila, la travesía de los migrantes se torna cada vez más peligrosa, con la carretera federal número 57 como escenario de riesgos inminentes.
Elementos de la Guardia Nacional División Caminos señalaron que, aunque la atención ha recaído recientemente en un trágico accidente en el municipio de Sabinas, es crucial destacar los peligros inherentes al caminar por esta ruta y la necesidad de abordar la situación de manera integral.
Agregaron que la carretera federal número 57, vital arteria de comunicación, se ha convertido en el camino forzado para miles de migrantes que, tras ver frenado su avance en tren por las autoridades estadounidenses y de migración, optan por continuar a pie.
El cambio de estrategia ha desencadenado una serie de eventos lamentables, como el ocurrido en el kilómetro 122 del tramo Sabinas-Nueva Rosita, cerca del paraje conocido como las Capillas, donde un grupo de migrantes fue embestido por un vehículo durante la noche del pasado lunes, entre los lesionados se encuentra un menor de apenas seis años de edad de nacionalidad cubana y un adulto.
No obstante, el enfoque aquí es resaltar los peligros latentes que enfrentan aquellos que se aventuran a caminar por esta transitada carretera. La falta de aceras, la oscuridad en tramos no iluminados y la velocidad de los vehículos que circulan por la vía aumentan significativamente el riesgo de accidentes.
La vulnerabilidad de los migrantes se agudiza, especialmente cuando se trata de familias enteras, entre ellas niños pequeños y adultos mayores, que se enfrentan a condiciones adversas sin la debida protección.
En los últimos días, más de 4,500 migrantes, en su mayoría provenientes de Venezuela, han transitado por la ciudad de Monclova. Esta afluencia masiva ha generado un colapso en la frontera, exacerbando los peligros en la carretera federal número 57. La falta de medidas de seguridad adecuadas y de información sobre los riesgos a los que se enfrentan agravan la situación.
Es imperativo que las autoridades locales y nacionales, junto con organizaciones humanitarias, aborden estos desafíos de manera urgente y coordinada.
La crisis migratoria en la frontera de Piedras Negras exige una respuesta integral que aborde no solo las consecuencias inmediatas, como los accidentes viales, sino también las causas subyacentes que impulsan a miles de personas a emprender esta peligrosa travesía.
