Los camellos que cruzaron por el desierto de Coahuila

Estos animales sirvieron a la patria y los montó el padre de Venustiano Carranza, Jesús Carranza Neira y su amigo Manuel Martínez Barrón para llevar el correo a Benito Juárez.

El pasado 5 de febrero, se celebró la promulgación de la carta magna y la figura central es el patriota Venustiano Carranza, y eso me hizo recordar el episodio de su padre: los camellos de Jesús Carranza Neira, del cual muchos han escrito y que aclaro, nada tiene que ver con la conmemoración de la Constitución mexicana, sin embargo, pocos han tocado de donde provenían estos animalitos del señor con los cuales, el personaje cruzó el desierto e incluso sirvieron en la guerra contra los franceses. 

Pues bien, mi gran amigo, hermano historiador, Gabriel González Akessler fue hasta Indianola Texas y a Camp verde donde inició todo lo que se conoció en el ejército estadounidense como "Camel Corps" un experimento donde pretendían adoptarlos militarmente para utilizarlos en el suroeste de la unión americana y aunque sí eran efectivos, finalmente el plan fue deshechado.

En 1836 fue la primera vez que los pretendieron traer al continente americano, pero fue hasta el 3 de marzo de 1855 que el congreso de los Estados Unidos designó 30 mil dólares para su compra, lo que equivaldría actualmente a un millón de dólares.
En el primer viaje fueron 33 animales, 19 hembras y 14 machos, en esa travesía murieron dos machos y nacieron dos crías.
De acuerdo a González Akessler, en el segundo viaje fueron 41 camellos, en total fueron tres meses los que tardaron en llevarlos en Indianola, Texas. 
Tras desembarcarlos ahí, fueron transferidos a lo que sería la sede de este cuerpo en Camp Verde en el condado de Kerr, Texas. 
Sin embargo, al servir en varias misiones, los caballos, mulas y burros les temían pues quizá los veían muy grandes y no en pocas ocasiones trataron de pelearse.
Cuando estalló la guerra de secesión y al recuperar los federales el campamento, decidieron subastar los animales.  Carranza Neira adquirió, dos de ellos (aunque González Akessler menciona que fueron más), estos fueron utilizados para atravesar la correspondencia (importante encomienda que se le dio al padre de Venustiano) entre el desierto, destinada al presidente Benito Juárez en Chihuahua. 
En el libro"Carranza: Legado y Trascendencia" se menciona que los camellos eran cuidados por Manuel Martínez Barrón en el hoy municipio de Ocampo quien acompañaba a Carranza Neira a dejar el correo "Las pezuñas parecían tortas de pan blanco" decía el viejo. Pero qué pasó con los camellos, bueno también fueron vendidos a circos y otros llevados a Arizona donde fueron muriendo paulatinamente.

Y mi eterna pregunta es ¿Por qué en México no se recuerda a los heroicos camellos que sirvieron a la patria? Sí, quienes nos dedicamos a investigar la historia lo sabemos sobre este episodio histórico, pero este conocimiento debe estar al alcance de todos.
En las fotografías que Gabriel González Akessler se tomó la molestia de capturar para mostrarlas a ustedes, se nota como en tierras gringas, son orgullosos de su pasado histórico y con placas y cuidados especiales mantienen esos sitios en la memoria colectiva.
¿Sería mucho hacer un modesto monumento en Ocampo, recordando la gesta de Jesús Carranza Neira y Manuel Martínez Barrón y los valientes camellos? ¿Verdad que no es mucho?  ¿Por qué en otros lados nos tienen que poner siempre la muestra de cómo hacer las cosas y preservar para la posteridad sitios, reliquias, tesoros, lugares de interés? He estado en muchos lugares, desconocidos para la mayoría de las personas, pero de un valor histórico incalculable y siempre es lo mismos, están olvidados. Quizá un día, irónicamente, la historia me dé la razón de porqué aquí no mostramos orgullo por nuestros pasajes históricos.

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