Así como la risa es contagiosa, otras emociones pueden trasmitirse.
¿Alguna vez has escuchado una risa que te den ganas de reír sin conocer el motivo? ¿Alguna vez has llorado con tan solo ver o escuchar a alguien llorar? ¿Alguna vez has estado feliz, pero por la actitud de las demás personas te enojas o sientes distinta/o? Probablemente la respuesta a estas preguntas esté relacionada con el contagio emocional y la empatía.
Relacionarse con una persona significa adentrarse en su mundo incluyendo gustos, actividades, conocimientos, pensamientos, maneras de actuar, hacer las cosas y sentir. Pues el estado de ánimo no sólo depende de la actitud individual, también de las emociones colectivas.
Cada persona influye en la determinación de los sentimientos de las personas, para beneficio o perjuicio de la misma. Además de las acciones que podemos ejercer sobre los demás, en nuestro sentir del día a día. Te explicamos porqué sucede esto y cómo evitarlo
¿Cuáles son las emociones que se contagian?
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, una persona, un lugar, un suceso o un recuerdo importante, informa Divulgación Dinámica. El portal detalla que las emociones cumplen tres funciones principales:
- Función adaptativa: prepara al organismo para la acción
- Función social: expresa el estado ánimo y facilita la interacción social que pueda predecir el comportamiento
- Función motivacional: la motivación y emoción son retroalimentadas. Si las encontramos en una misma actividad o personas, nos sentiremos motivados a volver a ese lugar o interactuar con tal persona.
Las emociones pueden transferirse por la imitación inconsciente dada mediante la observación, el escaneo o registro del lenguaje no verbal –postura, movimientos corporales, movimientos faciales–. Cuando las personas sincronizan ciertas conductas, se le conoce como ‘contagio emocional’, según PsicoActiva.
El portal detalla que esto sucede por la red neuronal llamada ‘neurona espejo’, la cual posibilita imitar gestos, expresiones faciales, emociones y sentir empatía. Debido a la susceptibilidad emocional, algunas personas no son perturbadas por las emociones de otras personas, sin embargo, otras pueden ser altamente sensibles. Pablo Toro, psiquiatra de la Red de Salud UC CHRISTUS, en entrevista para La Tercera explica que existen emociones más contagiosas que otras, como ansiedad y la angustia.
“Puede variar desde solo angustiarse hasta extremos en los que se generan crisis de pánico o desarrollarse un trastorno por estrés postraumático al experimentar el sufrimiento de la persona.”
¿Cómo prevenir el contagio emocional?
El contagio emocional puede ser beneficioso para ayudar a las personas cuando lo necesiten, sin embargo, puede ser perjudicial cuando las personas a nuestro alrededor nos hacen sentir enojo, tristeza o angustia continuamente. Grupo Cetep recomienda ciertos consejos para evitar el contagio emocional:
- Tomar consciencia de que este fenómeno existe
- Reducir el tiempo de permanencia en redes sociales e identificar fuentes de contagio para alejarse de ellas
- Practicar actividades que produzcan bienestar
- Todos los días marcar un objetivo por pequeño que sea para provocar alegría. Sea regresar a un buen recuerdo o comer una chocolate
“Tenemos que aprender a manejar las emociones de los demás para que no sean tóxicas para nosotros. Aprender a comunicar las propias para no hacer daño a los demás. Cuando logramos poner en palabras adecuadas lo que sentimos, salimos del malestar. Esto alivia la comunicación enormemente.”
Para lograr esto puede practicarse la inteligencia emocional, es decir, tener la capacidad de tener conciencia de las propias emociones y sentimientos. Reconocerlos, controlarlos y ocuparlos para seguir nuestros objetivos, reconociendo los ajenos, detalla Divulgación Dinámica.
