La trágica historia de amor de Su Muy Key, la bailarina que fue asesinada en México
Redacción / El Tiempo de Monclova.En 1951, una famosa bailarina y su pareja, un escritor de renombre protagonizaron una escandalosa historia que no tuvo un final feliz.
Su Muy Key había flechado a quienes la habían visto bailar en el Tívoli, sus exóticos y sensuales movimientos la convirtieron en una sensación de la pista en la que su escultural cuerpo, combinado con su peculiar rostro con rasgos orientales hicieron que fuera llamada “la princesita china”.
La bailarina, además de conquistar los aplausos mexicanos con su talento escénico, también conquistó el amor de un hombre mayor que ella y que a pesar del enamoramiento que hubo en un inicio, la historia tuvo un trágico final que sorprendió e indignó a la comunidad artística de la época.
Rosa Su López, su verdadero nombre, se había casado con el actor “Lucky” Mayorga, y aunque ya no estaban juntos, aún no se habían divorciado, fue estando con él que inició su vida artística en 1949.
Bailaba en el teatro Colonial y en el cabaret Río Rosa ubicado entonces en la colonia Roma, en las calles Oaxaca y Valladolid; escogió como nombre artístico Muy-Key porque significa “rosa” en chino.
En cine trabajó en películas como “A media luz”, “La bandida”, “Carta brava”, “Yo quiero ser señorita” y “La de los ojos en blanco”, las dos últimas no se habían estrenado cuando murió.
Su especialidad era bailar semidesnuda, se decía que la escasa ropa que utilizaba en sus danzas era de origen chino; sus grandes ojos rasgados y alargados, y la forma que le daba a su ceja le otorgaban un aspecto oriental, pero ella era mexicana, nació el 15 de febrero de 1928, y tenía 23 años cuando fue asesinada.
Adquirió la nacionalidad china y la mexicana; fue hija de una mujer mexicana llamada María, su padre era asiático, de nombre Florentino Su Chon; tuvo 10 hermanos, y desde que comenzó a trabajar, a los 13 años, fue solidaria y trató a sus hermanitos como si fueran sus hijos.
Así se hablaba de Su Muy Key en las páginas de EL UNIVERSAL en abril de 1948:
“Entre las novedades que hay, está la escultural y exótica bailarina china Su Muy Key, quien danzó cubierta de ricos plumajes en los que se traducía su cuerpo de tentación. Su Muy Key, reúne toda la belleza y encanto de los cuentos de leyenda oriental. Apareció una nueva y rutilante estrella del grandioso elenco del Tívoli”
“¡Ha nacido una nueva estrella! Todo el mundo clama entusiasmado con la candente personalidad y por los innegables atractivos que tiene la despampanante Su Muy Key, la princesita china contratada en el lejano Oriente y que ha triunfado en forma arrolladora, siendo ampliamente recompensadas sus actuaciones con largas y calurosas ovaciones que el público le tributa noche a noche. Mu Key hace enloquecer a las multitudes, no sol con el atractivo de su radiante juventud y ardiente belleza, sino por sus bailes llenos de extraños y exóticos ritmos cargados de sensual cadencia”.
El tormentoso romance de Su Muy Key
Su Muy Key y Roberto Serna García, director de la revista “Oiga”, llevaban un año de relación, y aunque él estaba separado de su esposa, aún no se había divorciado; a Su la conquistó con regalos, así como con múltiples planas en su revista, hasta que ella se enamoró perdidamente de él.
La madre de la vedette, contó a las páginas de este diario que los problemas entre ellos iniciaron cuando la revista de Serna empezó a tener complicaciones y él, en la miseria, comenzó a pedirle dinero a su hija para sostener la revista; cuenta que al menos le dio 60 mil pesos, así como el automóvil que él usaba.
A pesar de que Su Muy Key ganaba bien en los shows, por darle dinero a él se quedó sin nada, la familia no tuvo ni para el entierro.
“Prueba de ello es que mi hija, a pesar de ganar lo que quería en los teatros y en el cine, no se quedó con un solo centavo; apenas las alhajas que tenía puestas en su manos y el reloj de oro y brillantes que sostenía su pulso era lo que le quedaba. No tenemos ni para el entierro”, confesó María, la madre de Su.
El día de la tragedia
Diez días antes del asesinato de Su, entre ella y Roberto había un evidente distanciamiento, según contaron amistades cercanas a las bailarina, quien les confió que debido a los celos excesivos de él había decidido terminar definitivamente la relación.
Eso ocurrió horas antes de la tragedia, esa noche, Su Muy Key y su madre estaban en el camerino del teatro Colonial, cuando Roberto llegó y pidió hablar con Su, ambos se quedaron platicando durante 20 minutos.
Después, Su salió a actuar mientras su madre se quedó platicando con Roberto, quien le dijo que Muy Key ya había terminado la relación; cuando concluyó su actuación accedió que Roberto las acompañara a ella y a su madre a casa, ubicada en el Centro Histórico de la ciudad.
Pero antes, pasaron a buscar a un amigo sin éxito, para posteriormente hacer una escala en el hotel Pal, ubicado en Arcos de Belén, hoy Eje Central, donde la pareja había alquilado la habitación 15; ahí, la madre de Su fue testiga de que Roberto redactó un documento en el que le cedía a ella y a un amigo la propiedad de la revista.
La madre de Su los dejó solos porque notó que querían despedirse, se habían dado un beso, así que decidió esperar a su hija en la entrada del hotel, y la sorpresa vino entonces, cuando después de 10 minutos se escucharon tres disparos.
El encargado del hotel corrió a investigar lo que había ocurrido, salió pálido y dijo que el señor Roberto se había pegado un tiro; la madre de Su corrió hacia la habitación y se encontró con una desgarradora escena:
“Entonces fui al cuarto, vi a mi hija tendida sobre la cama, a sus pies de Roberto, creí que estaban heridos, pero pronto me convencí de lo contrario, la sangre les brotaba por unas heridas en sus cabezas”.
La nota en EL UNIVERSAL
El martes 10 de julio de 1951, EL UNIVERSAL informó así de la trágica noticia:
Los protagonistas en la doble tragedia en el Hotel Pal.
Dos cadáveres fueron encontrados en la habitación.
Trágicamente terminó su vida la exótica Su Muy Key, llamada en realidad Rosa López, al ser muerta ayer en la madrugada en un departamento del Hotel Pal ubicado en la calle Arcos de Belén, por su amante, el tipógrafo y director de una revista capitalina Roberto Serna García, quien volvió el arma contra sí disparándose un tiro en la sien derecha. Ella murió, tenía 23 años.
Descripción del lugar del asesinato:
Había apenas una mesa y dos sillas, así como un mueble de acero y una estufa de gas.
Sobre la cama estaba Rosa y sentado en el suelo, recargando la cabeza en la piecera de la misma cama, estaba el cadáver de Roberto Serna García, sobre cuyas piernas estaba una pistola Colt, calibre 38. La alcoba tiene como muebles un sofacama de color amarillo en mal estado; un pequeño chifonier, dos sillones de madera, una mesa para jugar baraja y la cama que está empotrada sobre un rincón. Dos cortinas de color azul desteñido y sucias, pendían del techo. En una esquina estaba una máquina de escribir portátil y numerosas fotografías, escritos y otros objetos propios para la confección de una revista; en los cajones del buró y del escritorio también había gran cantidad de fotografías.
Las heridas
En el baño sólo había objetos propios para el aseo personal. Su Mu Key estaba tirada en la cama con las extremidades inferiores fuera de ella y tocando casi el suelo. Esta cubierta con un vestido color guinda, abrigo de seda negro, medias de seda color humo y zapatillas de razo negras. Complementaba su vestimenta una blusa blanca. Las manos quedaron sobre su pecho por donde brotaba sangre. Su cabeza estaba pintada de sangre, pues cerca de la sien izquierda recibió otro tiro.
Por lo que respecta al homicida suicida, vestía un traje color oscuro, un sweater, zapatos negros y calcetines; presenta una herida causada por disparo de arma de fuego en la sien derecha y orificio de salida en el parietal izquierdo.
Las autoridades apreciaron un impacto de bala sobre la pared junto a la cama, suponiendo que rebotó la bala que mató a Roberto Serna García. El brazo izquierdo quedó recargado sobre la propia cama.
Aunque la tragedia tuvo un gran impacto entre la comunidad artística, pocos famosos reconocidos asistieron al velorio; al menos mil personas acompañaron a la exótica bailarina a su última morada en el Panteón Jardín de la capital, donde se encuentran sepultados las estrellas de la Época de Oro, como Pedro Infante y María Félix; Jorge Negrete y su esposa, la también actriz Gloria Marín enviaron un arreglo floral a Su Mu Key, quien antes de su trágico final deleitó a muchos con sus inigualables bailes.
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