La pequeña, de cinco años, murió presuntamente debido a la omisión de cuidados de su madre, quien se enfrentó al juez ayer y le dictó prisión preventiva como medida cautelar.
El nombre de Emily será recordado como un doloroso recordatorio de lo que puede ocurrir cuando la negligencia se cruza en el camino de la inocencia. Una madre, acusada de omitir los cuidados necesarios, enfrenta prisión preventiva en un caso que ha conmocionado a la comunidad. Este reportaje explora las trágicas circunstancias que rodearon la vida y muerte de Emily.
En un apacible rincón de un vecindario, La Amistad, donde los juegos de los niños solían llenar de alegría los días soleados, una tragedia ha sacudido las fibras más sensibles de toda una comunidad.
Tragedia. Emily, una niña de tan solo cinco años, cuyos ojos chispeantes solían reflejar la inocencia y la felicidad, pronunció unas palabras que quedarán marcadas en la memoria de sus hermanitos: "Quiero jugar con mis amiguitas".
Fueron las últimas palabras de Emily antes de que el silencio cayera sobre su voz, marcando el inicio de una pesadilla que ningún niño debería vivir. Una semana antes de este trágico suceso, Emily y sus hermanitos disfrutaron de un día lleno de risas y juegos en la casa de su madre Yesenia "N", ya que ella no tenía la custodia de los menores por problemas previos. Compartieron momentos de diversión en una alberca que solía ser un oasis de alegría. Pero, al amanecer del día siguiente, la sonrisa en el rostro de Emily se desvaneció, reemplazada por el dolor y la debilidad.
El día. Lo que debería haber sido una señal de alerta urgente, un llamado desesperado de auxilio, pareció pasar desapercibido para Yesenia "N". La pequeña Emily ya no podía caminar sin ayuda, y su piel adquirió un tono morado que habría inquietado a cualquier observador atento.
Los hermanos, asustados y desesperados por la condición de su hermana, buscaron ayuda en casa de unos vecinos, quienes trataron de brindar auxilio. Buscaban una jeringa para darle agua, en un intento desesperado de aliviar el sufrimiento de Emily. Pero, cuando regresaron a su hogar, se encontraron con una escena que los marcaría de por vida: su hermanita yacía inmóvil, sin vida. El dolor y el terror inundaron sus corazones mientras corrían a informar a su madre.
Los vecinos, conmovidos por la tragedia, ofrecieron toda la ayuda que podían. Sin embargo, los testimonios de los niños revelaron una respuesta desalmada de Yesenia "N", quien simplemente arrojó a la niña al asiento de un automóvil para llevarla al hospital, sin mostrar empatía ni preocupación. En medio de la tristeza y la indignación, los testimonios de los niños también han arrojado luz sobre un hecho perturbador: amigos y vecinos habían instado a la madre de Emily en numerosas ocasiones a llevarla al médico, pero sus súplicas cayeron en oídos sordos.
Primera audiencia. Yesenia "N" enfrenta prisión preventiva por el homicidio de su hija de cinco años. El Ministerio Público presentó pruebas abrumadoras, incluyendo hallazgos de servicios periciales y la Agencia de Investigación Criminal en su hogar.
La vivienda carecía de servicios básicos, como agua y electricidad, y se encontró marihuana. Las declaraciones de los hermanos de la víctima sugieren negligencia materna debido al uso de drogas. La niña, de cinco años, padecía bronquitis y asma, le fue diagnosticada a los 7 meses, y tras varios días de enfermedad, falleció con signos de cianosis. La falta de atención médica adecuada debido a la situación de los padres contribuyó al trágico desenlace.
La prisión preventiva se justificó por ser un peligro para los testigos y por la falta de empleo y domicilio estables.
La próxima audiencia está programada para el 16 de octubre. La Procuraduría de Niños, Niñas y la Familia evaluará si los menores pueden ser confiados a familiares como ambiente de apoyo, a pesar de la edad avanzada de la suegra propuesta como cuidadora. La comunidad busca justicia para Emily, recordándonos la importancia de proteger a los más vulnerables. En este oscuro capítulo de la vida de Emily, la negligencia materna se ha llevado a una inocente vida. Mientras el proceso legal avanza, la comunidad exige justicia, recordándonos que debemos proteger a los más vulnerables. La memoria de Emily vive en la lucha por un mundo donde ningún niño deba sufrir un destino similar.
