Cada año se pierden 24 mil millones de toneladas de suelo fértil en el mundo.
A pesar de las preocupantes cifras de degradación del suelo a nivel global, Coahuila emerge como un ejemplo de resiliencia frente a la adversidad de la sequía. La región ha enfrentado desafíos climáticos significativos, pero su determinación para conservar la fertilidad del suelo y proteger su entorno es evidente.
La sequía persistente en Coahuila ha puesto a prueba la capacidad de la tierra para mantener su productividad, pero las comunidades locales, junto con iniciativas gubernamentales y organizaciones ambientales, han implementado estrategias innovadoras para mitigar los impactos negativos.
Regenerativa. La adopción de prácticas sostenibles, como la gestión eficiente del agua, la reforestación y la promoción de la agricultura regenerativa, ha fortalecido la resiliencia del suelo coahuilense. Estas acciones no solo han contrarrestado la degradación del suelo, sino que también han contribuido a preservar la biodiversidad local y a mejorar la calidad del agua.
La experiencia de Coahuila destaca la importancia de la colaboración entre la sociedad, el gobierno y las organizaciones para enfrentar los desafíos ambientales. A medida que el mundo busca soluciones para combatir la pérdida de suelo, la historia de resiliencia de Coahuila ofrece lecciones valiosas sobre la capacidad de adaptación y el compromiso con la sostenibilidad ambiental. Cifras de la Organización de las Naciones Unidas indican que cada año se pierden 24 mil millones de toneladas de suelo fértil en el mundo. Se estima que la degradación de las tierras reduce el producto interno bruto de los países en desarrollo hasta en ocho por ciento. Además, para 2045 la desertificación (degradación de suelos áridos) será responsable del desplazamiento de aproximadamente 135 millones de personas en el planeta, señala la investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM, Blanca Lucía Prado Pano. En el contexto nacional, continúa la también coordinadora del Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo (PUEIS), en la Ciudad de México de 2006 a 2010 se perdieron 254 hectáreas de cobertura forestal por año, lo que supone grandes afectaciones al suelo por urbanización. Algunos modelos prospectivos estiman que de 2010 a 2030 se registrará una pérdida anual promedio de 219 hectáreas en la capital. En la actualidad, un tercio a nivel mundial de la superficie está degradada, lo que implica una la pérdida.
