La familia y la paciente postrada expresan su agradecimiento al IMSS Coahuila por la atención médica brindada en su domicilio.

Para María Dolores de 63 años, este servicio ha mejorado su calidad de vida.

Como parte de las estrategias de salud del IMSS, el Hospital General de Zona con Medicina Familiar (HGZ/UMF) No. 7 en Monclova mantiene el programa de Atención Domiciliaria del Enfermo Crónico (ADEC) para brindar servicio médico a pacientes postrados en sus hogares.“Para nosotros este programa es una bendición que nos permite sacar adelante a nuestros familiares, en mi caso a mi esposa María Dolores”, expresó Román.

María Dolores, de 63 años, se encuentra postrada en cama debido al Síndrome de Desmielinización Osmótica, una disfunción neuronal que ha provocado parálisis en el lado izquierdo de su cuerpo.

Al iniciar su tratamiento en el programa de Atención Domiciliaria del Enfermo Crónico (ADEC) del Seguro Social, conocida cariñosamente como doña Lolis, enfrentaba dificultades para comer y hablar.

En noviembre de 2018, María Dolores recibió el diagnóstico de esta enfermedad y fue referida al programa, llevando consigo una sonda de alimentación y otra para asistencia respiratoria.

“Lo que siempre vi en ella fue una increíble actitud por aferrarse a la vida”, expresó con semblante de emoción la coordinadora del programa en Monclova, doctora Roxana Rojas Molina.

Cuando conocí a María Dolores, su peso era de 49 kilogramos. Como parte de su terapia y tratamiento, y para facilitar la comunicación con ella, sugirió a su familia conseguir una tablita con el abecedario.

Después de las sesiones de rehabilitación, doña Lolis logró comenzar a alimentarse por sí misma una vez que se retiraron las sondas que llevaba debido a la realización de una gastrostomía y una traqueostomía.

FAMILIARES AGRADECIDOS

La doctora Roxana Rojas Molina, coordinadora del programa en Monclova, explicó que el ADEC es un servicio destinado a pacientes que sufren de enfermedades crónicas degenerativas con complicaciones o secuelas que afectan su movilidad, y que pueden ser de larga duración o en etapa terminal.

“Es una labor médica noble, humanitaria y la que te permite tener acercamiento con los pacientes y ayudarlos”, enfatizó la doctora quien ha logrado crear un vínculo amistoso con las familias.

La labor de atender a personas en su propio hogar le ha brindado una valiosa enseñanza, tanto es así que buscó especializarse en tanatología para mejorar aún más su labor de manera eficiente.

“Hace días me trajeron una carta de una familia que me dio las gracias por la atención que le brindé al papá, lo atendí por 12 años y ya partió”, reveló la médica quién visita hasta diez hogares por día.

HAY UN PADRÓN DE 60 PACIENTES

El programa al que te refieres ha estado en funcionamiento desde 1991 y todavía está vigente en algunos hospitales de Coahuila, así como en varios Hospitales Generales en todo el país. En la ciudad de Monclova, el programa atiende a más de 60 derechohabientes, realizando visitas a domicilio mensualmente.

Según lo indicado por Rojas Molina, los derechohabientes que requieren cuidados en casa abarcan a personas de todas las edades, tanto hombres como mujeres, que presentan problemas de movilidad. Actualmente, el programa atiende a pacientes en una amplia franja etaria, desde una paciente de 99 años hasta un joven de 18 años.

Cuando un enfermo es valorado por un especialista, si se determina que es necesario, el especialista canalizará al paciente al programa ADEC. Después de canalizado, el personal del programa llevará a cabo una visita al domicilio del paciente para evaluar su situación y determinar la atención y cuidados necesarios para el derechohabiente.

“GRACIAS POR AYUDARME”: LOLIS

Doña Lolis es un testimonio vivo de la fe y el amor de su familia. La visita domiciliaria del equipo médico del programa ADEC ha tenido un impacto positivo en su calidad de vida.

Según indicó su esposo Román, cuando su esposa enfermó en 2017, tenía diabetes sin saberlo. Posteriormente, comenzaron a aparecer síntomas de una infección en el riñón que causaron daños neurológicos.

Ahora, con una gran sonrisa que ilumina su rostro, Román agregó que Doña Lolis se aferra a salir adelante y muestra mejoría día a día.

Antes de la rehabilitación, Doña Lolis tenía una mirada perdida y no reconocía a las personas. Sin embargo, en la actualidad, ha logrado recuperar la movilidad en sus dedos, puede levantar su mano y comer por sí misma. Además, ha ido recuperando poco a poco su memoria y puede comunicarse, tanto con el uso de una tabla como sin ella.

“Quiero darle las gracias al Seguro Social y a la doctora Roxana quien ha sido muy paciente, eficiente, profesional y humanitaria con este noble programa”, finalizó.

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