La Entrevista con Carlos Elizondo Delgado

'Carlos Elizondo adoptó a Monclova desde el corazón'. 

Con la inquietud de sus 21 años, Carlos Elizondo Delgado, llegó a Monclova, por circunstancias de trabajo por tres meses, pero las oportunidades que se abrieron, el trato de la gente y, sobre todo, el amor hicieron que se estableciera definitivamente en esta ciudad, de la que hoy habla con fascinación.

Junto con su hermano Roberto, crearon la empresa que hasta hoy conservan y será el patrimonio para sus hijos a quienes poco a poco los ha involucrado y les está dejando la responsabilidad mientras él trata de enfocarse en cultivar sus amistades y pasatiempos, como es disfrutar con 11 amigos que tiene en la reunión de los jueves, donde coinciden a jugar dominó para el desestrés, sin apostar ni regaños, solo pasar el rato, cenar y platicar. Carlos Elizondo compartió que actualmente está leyendo 2 libros, "Déjalos Ir con Amor" y "Levanta tu Mirada a la Luz", ambos refieren a la pérdida de un ser querido, el primero escrito por un profesional y el otro por su hermana, quien escribió su experiencia.

Ser Ingeniero Mecánico Administrador, ¿Qué se hace en tu carrera?

"Una ingeniería es muy diversa, te enseña a tener ingenio para resolver, te abre la posibilidad de responder las problemáticas, en la mecánica, se refiere a maquinaria e infraestructura, resistencia de materiales".

¿Qué habilidades desarrollaste?

"Toda carrera te da la oportunidad de tener un universo más amplio para tener la capacidad de resolver y encontrar soluciones; en México ingeniería, viene de ingenio.  Yo tenía un compañero que el maestro le dio el libro de Cálculo de Materiales y le preguntó sobre el tamaño del ojo de un gancho de grúa de 50 toneladas, él empieza en el pizarrón y al final le dice la respuesta y el maestro dijo que la respuesta venía en el libro, pero comprobó que el alumno tuvo el ingenio para resolver los problemas y eso es lo que enseña una carrera, sea cual sea".

¿Qué experiencia tienes?

"Tengo 42 años, casi desde que fundamos esta empresa mi hermano y yo, antes trabajé un año en Hylsa y con mi papá, quien tenía minas en Durango y Zacatecas y venía a Monclova".

¿Qué recomendarías a las nuevas generaciones?

"Que se apliquen muy fuerte a lo que hagan, si están estudiando, o trabajando, aprendan todo lo que puedan, porque el conocimiento es una riqueza que te dan y es tuya para toda a vida, a lo que te dediques a hacer, aprende, porque eso es tuyo y es tu riqueza personal, y entre más y mejor aprendas, vas a tener mayor posibilidad de éxito".

¿Tu vida fue fácil para acceder a los estudios?

"Soy el cuarto hijo de una familia de seis, en un momento, estuvimos cuatro en la universidad y yo me imagino que mi padre patinaba para mantener a cuatro, creo que siempre estuvo difícil, nunca nos faltó nada, pero siempre nos enseñó la lucha; yo aprendí en la casa, por ejemplo, si le decía a mi papá de que quiero ir al cine, me decía, lave las ventanas de la casa o corta el zacate".

¿Quieres compartirnos alguna anécdota?

"En 1981 tenía una oferta de trabajo en Hylsa, (Monterrey), pero yo les pedí oportunidad de venir a Monclova, porque íbamos a hacer un trabajo por tres meses, y hace 40 y tantos años y me quedé, como me decían, 'vas a tomar agua de Monclova, y te vas a quedar', años después conocí a quien fue mi esposa y me quedé aquí, me casé, tuve a mis hijos, ahora ya soy de Monclova, ahora salgo de Monclova y me siento fuera de casa, y aquí me voy a quedar hasta que Dios me llame.  Es una ciudad que le abre las puertas a todos, no hay aquí restricción para integrarte a la sociedad monclovense, la gente es muy abierta, hay otras ciudades donde penetrar en la sociedad es muy difícil, son sociedades cerradas y celosas".

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