El mausoleo de la familia Gil Cantú, la tumba de don Sabas Dávalos y el área de Veteranos de la Revolución son sitios dignos de atracción, teniendo mayor señalización y datos históricos exhibidos.
El área de honor de los Veteranos de la Revolución, la cripta de la familia Gil Cantú y la singular tumba de don Sabas Dávalos representan un ícono de la historia regional que sería atractiva a los visitantes al panteón municipal Guadalupe, con señalización e información a la vista que destaque la riqueza de los hechos de los monclovenses que vivieron la época revolucionaria y participaron en la lucha que tuvo como protagonistas a jefes militares como Pancho Villa y Emiliano Zapata, así como líderes comoFrancisco I. Madero y Venustiano Carranza
En el costado derecho de la entrada, donde nació el panteón Guadalupe en 1900, se destinó una área delimitada de las tumbas de los veteranos revolucionarios como un honor a la gesta memorable en que participaron. Son alrededor de 30 sepulcros y sólo tienen derecho de ser enterrados ahí junto a los restos de los veteranos, a la familia directa como son hijos y esposa, ningún familiar indirecto. La zona puede identificarse solamente por un anuncio en la entrada que dice "Veteranos de la Revolución", sin embargo, no existe ahí más información que oriente al respecto.
Potencial. José González Ortiz, director del panteón municipal Guadalupe, comentó que hace algunos años fueron sepultados dos veteranos de la revolución de edad avanzada y se les dio la atención en el cuadro de los veteranos.
En la administración pasada, se tuvo la idea de hacer más llamativa esa área de los Veteranos de la Revolución con algo de historia y comenzar a publicitarlo, hablar con los familiares para hacer una breve reseña de la historia de cada uno y que los visitantes ´puedan saber. Que se conozca el área de los veteranos, pero esa idea no progresó."Sería muy atractivo que se pueda contar la historia de los revolucionarios que están en esta área de honor", comentó. Nombres como Juan Gelacio Fuentes, Manuel Valdés Fuentes, Aurelio Borjas Valdez, entre otros muchos que se pueden leer en la zona de los "Veteranos de la Revolución". Este lugar sí es visitado por muchos de los descendientes de los veteranos.
Gil Cantú. En el mismo costado y siguiendo el camino de la zona de los veteranos, se puede ver a cierta distancia un monumento de un ángel que resguarda el mausoleo de la familia Gil Cantú, formada por Juan Gil González y Julia Cantú Elizondo. Él originario de Rasines, España, llegó a Monclova en noviembre de 1898, era un comerciante atraído por los fierros que Harold R. Pape transportaba por ferrocarril para fundar Altos Hornos de México con lo que Monclova empezaría su crecimiento. Gil González tuvo varios negocios en la ciudad y el famoso hotel Gil Cantú, luego de casado con Julia Cantú, quien era de Castaños. Una familia fundadora de Monclova en su crecimiento y junto a su mujer fue un genuino empresario filántropo cuyas obras, principalmente en el ramo educativo, en bien de la comunidad quedaron para la posteridad como la Secundaria Federal número 1 que lleva su nombre.
Así como se conocía el matrimonio como una familia acaudalada, igualmente solventaban obras benéficas para que, sobre todo, los niños tuviera oportunidad de estudiar y prepararse sin desigualdad. Hoy el mausoleo de la familia sorprende en medio de las criptas sencillas en el cementerio municipal, nadie visita las gavetas de la familia, se dice que posiblemente ya no hay descendientes. Hace cuatro meses acudió una persona presumiblemente de parte de la familia Gil, comentó el director José González, "le dijimos que estaba muy descuidado ahí, que si podían atenderlo, pero ya no volvió a venir".
Don Sabas. La tumba característica de Sabas Dávalos en forma de un horno antiguo o "iglú" representa otra tumba digna de visitar y conocer su historia, la cual se ubica en el mismo sendero del mausoleo de los Gil Cantú, ya que fue de los primeros residentes del panteón. Nació en 1840 y murió en 1900 en Monclova, nunca se casó y tenía amistad con los personajes de su época. Era ingeniero y padecía hepatitis C, de lo que murió. Se dice que temía a la oscuridad y él diseñó su tumba.
