Ramses II es probablemente el faraón del que más imágenes existen. No es solo que su efigie se haya encontrado en dibujos y estatuas de la época. Es que además su momia, descubierta en 1881, es de las mejores conservadas y sus rasgos pronunciados han servido de inspiración a numerosos artistas forenses.
El problema es que ni los dibujos del antiguo Egipto ni los restos de un ser humano momificado son especialmente fiables como modelo anatómico de la persona a la que pertenecieron. Quizá sea por eso que basta buscar un rato en Internet para encontrar diferentes reconstrucciones del rostro de Ramses II, todas ellas completamente diferentes. Algunas muestran un joven de rostro redondeado, otras a un anciano de facciones afiladas.
Al final, ni unas ni otras son exactas al cien por cien. La reconstrucción más fidedigna del personaje probablemente sea la que acaban de hacer científicos de la Universidad John Moores en Reino Unido junto a la radiólogoa y profesora experta en momias Sahar Saleem, de la Universidad de El Cairo. Los investigadores han desnudado la momia de Ramses II empleando tomografía computerizada 3D con el fin de obtener una imagen clara de los huesos y restos de la momia por debajo de sus vendajes. Las tomográfias revelaron algunos rasgos muy prominentes e inequívocos como la mandíbula cuadrada o una nariz aguileña y elevada sobre el rostro.
Partiendo de esa base, y tomando como referencia tanto los dibujos de la época como las características faciales de la población egipcia, el equipo ha empleado técnicas de reconstrucción forense para recrear una nueva imagen del faraón, la más exacta hasta la fecha, en el momento de su muerte. Ramsés II no ostenta el título de El Grande por nada. Su reinado fue especialmente largo y falleció a una edad de unos 92 años. En consecuencia, la imagen reconstruida a partir de los escaneos de la momia muestra a un anciano de facciones fuertes pero angulosas y rasgos marcados por una edad muy avanzada.
El equipo también ha aplicado técnicas de rejuvenecimiento para crear una imagen aproximada de cómo debió lucir Ramsés II a los 45 años, en pleno apogeo de su reinado y poderío militar (sobre estas líneas).
