“Seguiremos trabajando por los niños migrantes”.
El pasado 22 de enero, el albergue conocido como Casa YMCA, que sus siglas en inglés significan Young Men's Christian Association, celebró su aniversario número 23 de poder estar brindando un importante servicio para los niños y adolescentes migrantes que llegan sin algún tipo de protección paternal o familiar lo cual es muy significativo para la familia Martínez, quienes son los fundadores en esta frontera de este lugar de acogida para menores.
Señor Rafael, ¿cómo fue que surgió la idea de establecer una casa YMCA en esta ciudad?
"Originalmente, mi esposa y su familia inauguraron la casa en Tijuana, allá por los años 90, de ahí nos habían invitado a trabajar en la casa de Ciudad Juárez, pero debido a que es una ciudad peligrosa decidimos que no era una opción, posteriormente se nos mencionó el de venir a trabajar aquí en Piedras Negras, y si aceptamos, tuvimos en el 99 la capacitación y fue el día 2 de enero del año 2000 cuando pudimos inaugurar la casa".
¿Cuáles eran sus expectativas al momento de decidir hacerse cargo de algo que conlleva una gran responsabilidad?
"En aquel entonces éramos muy jóvenes, recuerdo las palabras que nos dio la presidenta del DIF en su momento, Patricia de los Santos, quien nos dijo que éramos muy jóvenes para esta labor, deseándonos que pudiéramos cumplir con todo lo que se requiere para poder llevarla a cabo".
La prioridad es la atención a menores migrantes, ¿les ha tocado vivir una gran cantidad de experiencias de todo tipo?
"Sí, nos han tocado situaciones muy difíciles, son tantas, pero hay algunas que nos han dejado marcados, como el caso que tuvimos de una niña recién nacida que nos llegó, ella tenía horas de haber nacido y ya la estaban cruzando para Estados Unidos y tras investigar el caso resultó que la llevaban con papeles falsos, otro caso que me quedo muy presente es el de una jovencita que llego del sur, llego con un bebé, ella nos contó que había sufrido violencia sexual por un grupo de hombres en su trayecto, pero luego de seguir investigando el caso nos pudimos percatar que en realidad fue su papá el que había abusado de ella y tuvo que salir huyendo de su hogar, pues la amenazo con matar a su bebito si lo tenía, así que optó por irse de su ciudad, o el caso de un jovencito de 15 años que venía con su mamá, pero en el trayecto ella enfermó y desafortunadamente murió, todo en presencia de su hijo quien además tuvo que esperar junto al cuerpo de su madre hasta que llegara la ayuda y de ahí tuvimos que estar muy atentos a él para evitar que atentará contra su vida, pues sentía que había sido su culpa que su mamá pereciera y así como esas muchas que sin duda dejarán una huella imborrable".
¿Sin duda estar al frente de un albergue no es para todas las personas?
"Hay que tener mucha humanidad para poder tratar con niños y también hay que ver que al final lo que estás desarrollando es un trabajo, que es lo que siempre se les ha comentado a las trabajadoras sociales que nos han acompañado en la casa, pues una experiencia que tuvimos muy fuerte fue con una de ellas, quien con el tiempo que tenía de estar viendo muchos casos difíciles le hizo daño, tanto que tuvo que ser internada en el hospital psiquiátrico, por lo que es importante saber que si te metes a fondo a cada caso primero tienes que tener la fortaleza para poder atenderlos".
Mencionaba que en algunos años, por la edad, van a tener que jubilarse usted y su esposa, ¿sus hijos quedarían al frente del albergue?
"Aquí nos apoya también mi hija, que es psicóloga, entonces ella ya nos está apoyando a atender a los menores que van llegando, pero nos ha dicho que cuando decidamos jubilarnos ella quiere encargarse del albergue, pues sabe la responsabilidad que representa el poder brindar una verdadera ayuda a los menores".
