El Girona sigue bien arriba. Dirán que es septiembre, que si la revelación o que si una buena racha, pero para esta Liga renqueante y arruinada, el equipo de Míchel es una bendición. Puro espectáculo. En media hora, con personalidad y categoría, ventilaron a un Granada que primero no sabía por dónde le venían los goles y que, después, tuvo la capacidad de reaccionar, pero ya vive en alerta roja.
Tsygankov iluminó Granada con un golazo. Minuto 22, hora de inicio del baile. El talento de Savinho desmontó la defensa del Granada. El brasileño, de 19 años, dibujó una diagonal que sentó a tres rivales, cedió al ucraniano que sin oposición la clavó en la escuadra de Raúl Fernández, que ya hizo demasiado rozando el balón. Nada había que hacer ante la comba de Víctor Tsygankov.
Antes del gol, el Girona ya mandaba. Qué bien juega el cuadro de Míchel que maneja a su antojo los partidos. En casa y fuera. A la media hora ya habían ventilado el partido. Contundencia total.
Savinho con otro zapatazo desde la frontal hizo el segundo. De nuevo la rozó el meta del Granada. Tras sacar de centro, llegó una falta sobre la frontal que Dovbyk prolongó al primer palo y David García finiquitó el partido a placer. Los defensas nazarís parecían conos y el gol fue propio de un entrenamiento.
La imagen de Paco López mirando al suelo tras el tercer tanto y la indignación de la grada maniataron a los jugadores rojiblancos. Pudieron recortar con un cabezazo de Uzuni que falló de manera incomprensible, sólo ante Gazzaniga, pero no había nada que hacer.
Es que no sabía qué hacer el Granada. Jugando a placer, Tsygankov tuvo el cuarto tras una pared con Miguel Gutiérrez, pero Ignasi Miquel sacó bajo palos con su portero totalmente vencido. Difícil competir en Primera con esa defensa. Cinco jornadas retratan el mercado estival del Granada. Defendiendo así se puede aspirar a poco.
Reacción tras el descanso
Paco no tocó nada tras el descanso. Que se coman el marrón los mismos debió pensar. Uzuni mostró algo del filo del pasado curso y así logró recortar distancias con un remate en el segundo palo tras una prolongación de Ignasi Miquel.
Portu y Stuani salieron tras el gol. El Matador de Tala la tuvo en el primer balón que le llegó tras un cante de Raúl Fernández. En la segunda marró un mano a mano, algo muy raro en él.
El Granada ya había dado un paso atrás, pero se agarró al partido. El gol de Boyé abrió la esperanza, pero Couto la cerró un par de minutos después. Reaccionaron, pero era tarde: el Girona ya les había pasado por encima.