A cuatro horas y media en auto desde La Habana se encuentra Arroyos de Mantua, un pequeño pueblo costero en donde la pesca y la agricultura son las principales actividades económicas. En esta localidad perteneciente al municipio de Pinar del Río nació y creció Randy Arozarena, el jardinero izquierdo de los Tampa Bay Rays que este martes actuará por primera ocasión en el All-Star Game.
En las calles de Arroyos de Mantua, Randy pasó las tardes jugando futbol, el primer deporte que abrazó, y bailando los sones de su hasta entonces patria.
Una avalancha de infortunios que incluyeron la muerte de su padre mientras lo veía jugar beisbol con los Vegueros, orillaron a Arozarena a salir de la isla para buscar refugio en otro país para poder iniciar su camino a Grandes Ligas. Por la cercanía con Cuba, Randy emprendió un viaje en bote a México, concretamente a Isla Mujeres donde llegó sin conocer a prácticamente nadie y con el dinero tan justo para sobrevivir unos cuantos días.
Arozarena encontró en México un segundo hogar. Un lugar donde se reconstruyó como pelotero y persona para poder dar el gran salto al norte del río Bravo.
En la búsqueda por perseguir su sueño beisbolístico, Arozarena quedó aprehendido por México al tal punto que desde 2020 se propuso algún día representar a este país en algún certamen internacional. La misión del Cohete cubano se cumplió en marzo pasado cuando vistió la franela tricolor en el Clásico Mundial.
El torneo más importante a nivel de selecciones, sirvió para que Randy Arozarena emergiera como un héroe popular entre los aficionados mexicanos y otras tantas personas que se acercaron al juego impulsados por los buenos resultados conseguidos.
Es festejo que Arozarena ingenió al cruzar los brazos después de concretar extraordinarios fildeos o batazos de home run, adquirió dimensiones sólo por debajo de los símbolos patrios para los mexicanos.
“México me recibió como a un hijo. Por eso fue que le pedí a la afición y al Presidente que me permitieran ser ciudadano mexicano para representar al país en el Clásico Mundial de Béisbol. Hoy tengo esta posibilidad, esta oportunidad y me siento agradecido”, dijo Randy Arozarena en una entrevista realizada hace unas semanas.
Antes de que iniciara su aventura en Estados Unidos, Arozarena fue considerado por los scouts de Major League Baseball como un verdadero velocista, puede ejercer mucha presión sobre las defensas con su rapidez (tanto en la base como cuando hace un toque o golpea la pelota en el suelo). Puede dibujar grandes recorridos en las bases, lo que también aprovecha el elemento de velocidad en su juego.
