El cohete SLS de la NASA va con seis años de retraso y su presupuesto se ha descontrolado
AGENCIAS / EL TIEMPOLa oficina del Inspector General de la NASA acaba de publicar una auditoría interna muy dura sobre el estado financiero del Space Launch System o SLS. El enorme cohete que se supone que llevará de vuelta a los seres humanos a la Luna ya se ha pasado del presupuesto original en 6.000 millones, y encima va con seis años de retraso.
El documento, disponible integramente en este enlace, analiza en detalle la gestión que se ha hecho del SLS y su sistema de propulsión en los últimos años, y sus conclusiones no son nada halagüeñas. Según la auditoría, la NASA lleva invertidos más de 93.000 millones de dólares entre 2012 y 2015. Eso son 6.000 millones más de lo previsto. De esos 93 billones americanos, 23.800 millones corresponden solo a los costes del SLS.
Para rematar, el SLS lleva seis años de retraso respecto al calendario previsto. El enorme cohete de 111 metros y 2.610 toneladas despegó por primera vez el pasado 16 de noviembre de 2022 para lanzar una cápsula Orion no tripulada en un viaje de ida y vuelta a la órbita lunar. Fue todo un logro, pero el lanzamiento original de esa Misión Artemis estaba previsto para 2016.
Según explica la auditoría, el problema está en los propulsores. El SLS emplea cuatro propulsores RS-25 fabricados por Aerojet Rocketdyne. Se trata de un componente heredado del programa de transbordadores espaciales de la agencia. La NASA rescató 16 de estos propulsores y contrató su adaptación para usarlos en el SLS precisamente para ahorrar costes, pero el tiro le ha salido por la culata, porque ese proceso de adaptación ha sido tan complicado que ha terminado por disparar los costes y los plazos. “Se esperaba que el uso de tecnologías heredadas de los programas Space Shuttle y Constellation resultara en ahorros significativos en costos y cronograma en comparación con el desarrollo de nuevos sistemas para el SLS”, explica el documento de auditoría. “Sin embargo, la complejidad de desarrollar, actualizar e integrar nuevos sistemas junto a los componentes heredados resultó ser mucho mayor de lo anticipado, resultando en la finalización de solo 5 de 16 motores bajo el contrato de Adaptación.”
Los cohetes SLS son completamente desechables, y la NASA ya ha gastado cuatro de los propulsores RS-25 que adaptó. Le quedan 12, pero adaptar un solo RS-25 tiene un costo estimado de 100 millones de dólares. Ahora mismo, el costo de lanzamiento de un SLS supera los 4.200 millones de dólares, 144 millones más de lo previsto.
La idea es que, una vez se agoten los propulsores heredados del programa Shuttle, la NASA adoptará los nuevos RS-25E, unos propulsores actualmente en desarrollo en Aerojet Rocketdyne que supuestamente proporcionarán un 111% más de impulso con un costo un 30% menor. Sin embargo, la auditoría advierte de que es imperativo reducir aún más los costes actuales si se quiere mantener intacto el programa Artemis. “Sin una mayor atención a estas importantes salvaguardas, la NASA y sus contratos continuarán excediendo el costo y el cronograma planificados, lo que resultará en una menor disponibilidad de fondos, retrasos en los lanzamientos y la erosión de la confianza del público en la capacidad de la Agencia para gastar responsablemente el dinero de los contribuyentes y cumplir con las metas y objetivos de la misión, incluido el regreso seguro de los humanos a la Luna y luego a Marte”, sentencia la auditoría.
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