El tema del muro flotante que planea establecer Estados Unidos para poder limitar el cruce de migrantes a través del río Bravo, sigue ocasionando una variada de comentarios tanto a favor como en contra, donde inclusive algunos migrantes señalan que es entendible lo que se quiere hacer, ya que se consideran invasores de un país extranjero.
El mayor Rodríguez del Ejército de Salvación indica que la colocación de muros y la presencia
de más personal de vigilancia en la frontera de Estados Unidos no ha dado los resultados
esperados.
Aunque se construyan muros, las familias migrantes continúan cruzando el río y siendo recibidas. Esta situación hace que sientan la frontera abierta y sigan intentando cruzar, especialmente las familias con niños. Respecto al muro flotante, representa un peligro mayor para los migrantes, ya que muchos de ellos no saben nadar y estarían más expuestos. La llegada de más migrantes a las fronteras no se limitaría, porque Estados Unidos no niega la entrada, especialmente a aquellos que viajan con sus hijos.
Existe una contradicción entre las familias migrantes sobre qué hacer antes y después de la colocación del muro. Algunos tienen miedo de intentar cruzar debido a la incertidumbre de lo que puede ocurrir si son detenidos y deportados a su país de origen, donde no tienen nada. Aunque no les vaya bien en su lugar de origen, tienen un techo seguro donde dormir, lo cual crea la necesidad de tomar una decisión.
Sin embargo, no han decidido aún qué hacer. Existe un cuidado por parte de las autoridades para evitar la invasión, pero también persiste la necesidad de estas familias migrantes.
